Un trío singular
Todos tenemos obsesiones. Temas
que revolotean por nuestras cabezas y que vuelven una y otra vez. En ocasiones
atormentándonos, en otras llevándonos a la reflexión, o a la duda, produciendo
diversos efectos. Cada uno tiene distintas maneras de exorcizarlas. Hay quienes
los aceptan y conviven con ellas, quienes van a terapia, otros que prefieren
componer canciones, y entre muchas otra más, hay quienes lo hacen escribiendo.
Para un escritor estos tópicos
recurrentes pueden convertirse en un problema, pero también pueden ser
capitalizados, conformando una parte fundamental de su estilo y personalidad.
Por ponerlo en términos simples, su marca registrada. Y esta es una de las
razones fundamentales por las que elegí estos tres escritores para recomendar
en Expreso a Neptuno. La otra es que se trata de autores que, si bien son
mundialmente reconocidos, y muy leídos en nuestro país también, considero que
no han llegado en la Argentina a un público masivo, y si bien esa llegada está
lejos de ser un objetivo alcanzable por un post en un simple blog, la idea es
aportar desde acá nuestro granito de arena.
Nacido en Kyoto (Japón) en 1949,
el primer escritor que nos ocupa es ni más ni menos que un best seller
internacional. Me refiero a Haruki Murakami. Autor de numerosas novelas,
relatos y ensayos, sus obras de ficción podrían enmarcarse dentro del
surrealismo. La soledad, la muerte, la alienación, los ritos de iniciación, son
algunos de sus temas frecuentes. En general sus relatos están recubiertos de un
halo de nostalgia que todo lo impregna, que combinado con dosis justas de
misterio y sucesos fantásticos, hacen que sus historias me resulten
irresistibles. Por otra parte, sus novelas se caracterizan por constantes
referencias a canciones de rock, pop y música clásica (muchos de los títulos de
sus libros tienen inspiración musical), y a obras de otros escritores.
En nuestro país, sus títulos
llegan de la mano de Tusquets (son publicaciones procedentes de España), y
suelen vender muy bien, más allá de lo pequeño de nuestro mercado literario. Se
editan tanto en versión de bolsillo como en formato estándar, aunque son un
poco caros. El Fin del Mundo y Un Despiadado País de las Maravillas (1985),
Kafka en la Orilla (2002) y Tokio Blues (Norwegian Wood) (1987) son mis
favoritos de su extenso catálogo. Otras publicaciones recomendables son Baila,
Baila, Baila (1988), Sputnik, Mi Amor (1999), After Dark (2008), 1Q84 (2011),
Los Años de Peregrinación del Chico Sin Color (2013) y De Qué Hablo Cuando
Hablo de Correr (2007), este último dentro de sus ensayos.
Ya sea sumergiéndonos en relatos
orwellianos, retratando la desaparición de un amor no correspondido o
llevándonos de la mano a buscar una verdad que nos atormenta, Murakami hace que
todo lo que cuenta resulte interesante, construye a un ritmo lento pero parejo
tramas complejas que una vez que toman por asalto al lector difícilmente lo
suelten hasta que no finalice la historia.
Paranoia y pesimismo
Philip K. Dick (1928-1982) es uno
de los mejores y más prolíficos escritores de ciencia ficción (y uno de mis
favoritos también). Nacido en Chicago, mucho se ha hablado sobre sus problemas
psicológicos, sueños perturbadores, visiones, llegando a decir que padecía
esquizofrenia. Por supuesto algo de esto se deja traslucir en su obra.
Su estilo se aleja del de sus
predecesores en el género, que tenían un enfoque optimista en general. Los
libros de Dick presentan futuros oscuros, decadentes, adelantándose algunos
años al Cyberpunk. Temáticas como la paranoia, los estados alterados de la percepción,
la religión (y el mesianismo), el cuestionamiento de lo real, son
frecuentemente abordadas por el autor norteamericano.
Sus libros no suelen conseguirse
fácilmente por estas pampas, y al ser importadas de España suelen ser caros.
Desde mi punto de vista los más recomendables son Ubik (1969), ¿Sueñas los
Androides con Ovejas Eléctricas? (1968) y Ojo en el Cielo (1957). Otras
ediciones copadas son La Mente Alien (un compilado de cuentos del 2001), y El
Hombre en el Castillo (1962), considerada una de las ucronías más importantes
de la literatura.
Aunque no hayas leído nada de
este autor, seguramente estás familiarizado con sus historias, ya que han sido
objeto de numerosas adaptaciones cinematográficas. Films como Blade Runner
(1982, basado en ¿Sueñan los Androides…), El Vengador del Futuro (1990, tomada
del cuento Podemos Recordarlo Por Usted Al Por Mayor), Minority Report (2002,
inspirada en el relato El Informe de la Minoría), The Truman Show (1998,
influenciada por Tiempo Desarticulado) o Agentes del Destino (2011, basado en
el cuento Equipo de Ajuste), son solo algunos de los ejemplos de su aporte al
séptimo arte.
Si buscas obras que no subestimen
al lector, ni sean complacientes, y al mismo tiempo supongan desafíos
intelectuales llenos de creatividad, Philip K. Dick es el escritor para vos.
De Inglaterra con amor
La última de mis recomendaciones
viene directamente del Reino Unido. Se trata de Nick Hornby (1957). Cuyos
comienzos tienen que ver con el periodismo y la crítica musical. Si bien se
destaca por sus novelas, también ha publicado ensayos y cuentos, y ha
participado activamente en la confección de guiones cinematográficos, más que
nada de las adaptaciones de sus propias historias.
Sus libros se destacan por su
estilo fresco y gracioso, con observaciones muy agudas sobre la vida cotidiana,
encuadrándose principalmente bajo el género de comedia romántica. La relaciones
humanas, los personajes egocéntricos y algo cobardes, el amor, la (falta de)
madurez, el fanatismo pop, son algunos de los ejes centrales de sus escritos. La música (sobre todo el rock y el pop) y el
fútbol suelen tener un papel muy presente en ellos también.
En nuestro país es editado por Anagrama. Sin duda alguna mi obra favorita
es Alta Fidelidad (1995). Pero también recomiendo enfáticamente Un Gran Chico
(1998), Todo por una Chica (2007), Juliet, Desnuda (2009), y el cuento Mi Hijo
Nunca Será Una Estrella (2011). Tanto Alta Fidelidad, como Un Gran Chico han
tenido adaptaciones cinematográficas homónimas en los años 2000 y 2002
respectivamente.
Si te gustan los autores que te
permitan identificarte con sus obras, y además logren que la lectura esté
acompañada de una sonrisa, Hornby es una elección acertada.
Así llegamos al final de un nuevo
post de Expreso a Neptuno. El eventual lector se lleva varias recomendaciones
para explorar. Espero que sean de su agrado. ¡Nos vemos la próxima!
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