Start with a Bang!
10:59 a.m. santi varde 0 Comentarios Categoría : Alcande Goldie Wilson , Musica
Los que todavía
escuchamos discos completos, sabemos lo importante que es arrancar con una
buena canción. Una de esas que rompen todo y nos hacen darnos cuenta de forma
automática que estamos frente a algo a lo que hay que prestarle especial atención.
Muchas veces se ha
hablado de grandes aperturas de discos. Pero, cómo no todo en la vida es Black Dog, In The Flesh?, Start Me Up, o
Smells Like Teen Spirit, en Expreso a
Neptuno limitamos el listado a canciones del siglo XXI (es decir aparecidas
después del 2000). Son 13 canciones –número deliberadamente caprichoso- que en
opinión de quién escribe son clases magistrales de cómo abrir un disco.
Arcade Fire:
Neighborhood #1 (The Tunnels) - Funeral (2004)
Ocho notas muy
tarareables, muchos instrumentos y un ritmo sostenido, casi como de marcha. Eso
fue todo lo que necesito la banda de Win Buttler y Réginne Chassagne para
patear el tablero de la música indie en el año 2004. Ellos creían que una banda
podía ser todo lo grandilocuente y ambicioso que quisiera sin tener que ceder
nada en el camino. Así que agarraron una canción de estructura sencilla y le
empezaron a sumar violines, chelos, arpas y hasta una trompa, porque lo hacía
sonar mejor y más grande. Así le demostraron al mundo que un grupo puede hacer
lo que se le dé la gana y tener éxito en el intento. Eso es lo lindo de la
música.
Elliott Smith: Coast to
Coast – From a Basement on a Hill (2004)
Los discos editados
post-mortem suelen un ser un tema tan polémico que darían para un post aparte. Pero
la apertura de From a Basement on a Hill- disco editado un año después de la
muerte de Elliott Smith- despejan en cinco minutos cualquier tipo de duda sobre
si el álbum está o no al nivel de cualquier otro de su discografía. En el
estilo más distorsivo y armado que había caracterizado sus últimos discos,
Coast to Coast es una canción enérgica pero melancólica, con una letra triste y
urgente. Todos esos elementos que hacen de las composiciones de Elliott Smith
algo tan único.
The New Pornographers:
Twin Cinema - Twin Cinema (2005)
La canción que abre el
tercer disco de los canadienses liderados por AC Newman es imposible que pase
desapercibida. Desde el segundo uno golpea al que escucha con un arreglo
deforme y enérgico, que suena casi como si el guitarrista le estuviera errando
a la nota, pero que al tercer compas ya tiene perfecto sentido. Y cuando entra
la voz, logra la tarea casi imposible de cantar algo no solo con sentido, sino
que es pegajoso y funciona perfectamente con la música. Pero no conforme con
eso, la canción se da lujo de pasar de un estribillo punk a una especie de ¿solo?,
para desembocar en un momento pacífico y melódico que termina por devolvernos
al comienzo. Un crisol que demuestra todo el rango de la banda en menos de tres
minutos.
The Magic Numbers: This
Is A Song - Those The Brokes (2006)
Un teclado suave,
acompañado de unos armónicos delicados, a los que se suman un efecto de
guitarra primero y una base rítmica casi bailable después, gracias al enorme
bajo de Michele Stodart. Toda esta progresión tan elegante estalla en el
momento justo en una canción acelerada, pero a la vez amable, algo que solo The
Magic Numbers saben cómo lograr. Y para remamtar la melodía de voz dulce de la
estrofa, que llega hasta un estribillo con un grito que es casi un logo sonoro.
Ese “And if it hurts me baby you know why…” que podría extraerse de la canción
y aún aislado de todo seguiría funcionando perfecto.
Los Campesinos! : Ways
to Make It Through The Wall – We Are Beautiful, We Are Doomed (2008)
El tema que abre el segundo
disco de éstos ingleses resume todo lo que era la banda en sus comienzos. Por
un lado, una música enérgica que golpea como una piña en la cara, llena de arreglos
histéricos, que no se quedan quietos un segundo, con instrumentos entrando y
saliendo constantemente, que llevan a la canción a un clímax cacofónico. A eso
se suma una letra en la que demuestran otra vez su capacidad para el sarcasmo –
recordemos que su primer disco comenzaba con la frase “Roto, cómo la economía
del mundo”- con sentencias cómo “La tolerancia es más atractiva en la teoría
que en la práctica” o “Identifico mi signo del zodíaco preguntando cual es el
menos compatible con el tuyo”.
Mumford & Sons:
Sigh No More - Sigh No More (2009)
En la era de internet
resulta muy extraño escuchar un disco sin tener idea de que se trata. En mi
caso, tuve la suerte de escuchar el debut de Mumford & Sons a pocos meses
de su salida, llegando a ellos solo habiendo leído su nombre mencionado entre
otras bandas folk. Por eso puedo decir que el tema homónimo que abre el álbum
resulta para quién lo escucha por primera vez es impactante y deja la
sensación de “¿Qué carajo acabo de escuchar?”. Una guitarra acústica y un canto
de góspel a varias voces asciende desde la calma absoluta a un caos country
agresivo, con el banjo de Winston Marshall como protagonista absoluto. Un
estilo que haría famoso a la banda y que sería copiado hasta el hartazgo.
Florence + The Machine:
Dog Days Are Over - Lungs (2009)
La apertura del disco
debut de Florence + The Machine no es solo es una canción enérgica, alegre y extremadamente
pegajosa, de esas que no pueden pasar desapercibidas y terminan por convertirse
en un hit. También es la introducción perfecta a una banda atípica desde el
comienzo, que decide iniciar su primer álbum con un tema en la que se cede el
protagonismo a instrumentos cómo la mandolina y el harpa. Y cómo si fuera poco,
significó también el descubrimiento de Florence Welch, una de las más
talentosas y carismáticas cantantes que haya surgido en los últimos años.
The National: Terrible
Love – High Violet (2010)
Pocas bandas saben transmitir
la realidad, las dificultades y las angustias amorosas como lo hace The
National en sus letras. Uno de sus puntos altos es Terrible Love, una canción
con un ritmo lento y casi épico, que da la sensación de acompañar perfectamente
lo que la voz profunda de Matt Berninger canta. Una base que va creciendo de a
poco, sin llegar nunca de estallar y una letra que habla del amor de una forma
tan amplía que es imposible no identificarse con alguna de sus muchas frases
memorables, cómo la que se repite al final de la canción una y otra vez como un
mantra: “Se necesita un océano para no quebrarse”. Si ese océano de voluntad, amor
o alcohol, queda a interpretación del oyente.
M83: Intro – Hurry Up,
We’re Dreaming (2011)
Los franceses de M83
superaron cualquier expectativa que se podía tener de ellos con su ambicioso disco
doble editado en el 2011. Y la canción de apertura es ese inicio grandilocuente
que toda obra grandilocuente merece y debe tener. Cinco minutos en el que la
banda crea un ambiente ideal, donde la electrónica ambient deudora de Brian Eno
crece hasta adentrarse en una atmósfera indie pop irresistiblemente enérgica y
emotiva. Esto lo logran también alternando de forma inteligente la voz del
líder Antonhy Gonzalez y la cantante invitada Zola Jesús. Una muestra de porque
la etiqueta de “electrónica” a M83 le queda muy, pero muy chica.
Tribes: Whenever - Baby (2012)
Esta banda londinense
de corta vida pasó para muchos amantes del género injustamente desapercibida.
Tal vez sea porque, a diferencia de muchos que aún hoy en día siguen subidos a
la ola de copiar a Artic Monkeys, estos muchachos apostaron por un rock un poco
más directo -aunque de ADN muy inglés- y letras simples que le cantan al pub,
las mujeres y los pibes de la esquina. La canción que abre su debut deja
testimonio de esto, desde el riff de inicio, hasta el estribillo gritado a todo
pulmón que a la segunda vuelta ya es imposible no cantar. Un motivo para pensar
que, a pesar de que los medios musicales ingleses son muy adeptos al hype, esta
vez puede que hayan tenido razón.
Tame Impala: Be Above
It - Lorenism (2012)
La irrupción en la
escena musical de Tame Imapala en el año 2010 no pasó desapercibida para nadie.
Dos años después, cuando llegó su segundo disco, muchos esperaban en él determinar
si la banda iba a estar al nivel de las expectativas o si terminarían siendo
otro grupo psicodélico del montón, con alguna que otra canción buena. La
apertura del disco con Be Above It despeja automáticamente todas las dudas. La
batería constante como un tren que no para un segundo, la voz de Kevin Parker
cantando una melodía en un tono pseudo-Lennon y la base musical con unos
teclados muy psicodélicos como protagonistas, que cada vez suenan más fuerte. Todo
se suma para crea una atmósfera perfecta para comenzar un álbum, en lo que es
una muestra más de la genialidad del músico australiano.
Benjamin Booker:
Violent Shiver - Benjamin Booker (2014)
Una introducción
inspirada de forma indudable en Chuck Berry desemboca en una mezcla de rock and
roll, soul y góspel tocada de forma rápida y violenta: música de raíces negras
con actitud punk. Esa es la carta de presentación que entrega en su disco debut Benjamin
Booker, el músico descubierto en 2014 por Third Man Records, el sello fundado
por el incansable Jack White. Violent Shiver en apenas dos minutos rompe todo y
da la sensación de que se está por escuchar un gran disco, algo que se confirma
durante los once temas que le siguen.
David Bowie: Blackstar
– Blackstar (2016)
Ya fue explicado en un
post anterior por qué Blackstar es absolutamente genial y una demostración de
la capacidad de Bowie para romper los esquemas de la música. Los diez minutos
de canción son un cúmulo de influencias que van del jazz al hip-hop, pasando
por el rock clásico y el krautrock. El resultado es un opus oscuro,
desconcertante y enigmático. Una apertura perfecta para un disco imposible de
calificar, que se convertiría en el último del músico en vida. El legado excepcional
de un artista excepcional.
FIRMA: Alcalde Goldie Wilson
(Puede seeeeer...)