Continuando con esta saga de investigación exclusiva, hoy en Expreso a Neptuno vamos a hacer un recorrido por algunas ciudades mitológicas que aún al día de hoy no se sabe si existieron o no... o si se sabe y no lo quieren decir(?).

Para arrancar, si hablamos de lugares perdidos por supuesto hay que empezar el recorrido en la Atlántida, el mito más famoso. La Atlantis, del griego "isla de Atlas", es una isla mitológica que aparece en los textos del filósofo griego Platón, Timeo y Critias.

En esos escritos, se describe a Atlantis como un poderoso estado militar que intentaba dominar el mundo, hasta que fue detenido por la ciudad de Atenas, y posteriormente fue hundida en el mar por los dioses como castigo. En estos relatos, a través de la voz de Solón, político y poeta griego y protagonista de los textos, Platón describe detalladamente la geografía de la isla y hasta da una ubicación más o menos concreta.

Tan detallada es su descripción y el hecho de que Platón en ningún momento la menciona como ficción, que se disparó un montón de teorías e investigaciones para poder ubicar pruebas fehacientes de la existencia de este continente, sin embargo hasta ahora no ha habido nada realmente concreto, y de hecho algunos estudiosos ven al relato de la Atlántida una especie de alegoría política planteada por Platón, en la que describía un supuesto estado ideal y superior (Atenas, la ciudad que pudo frenar el avance de Atlantis).

Con el paso del tiempo la realidad de Atlantis se fue convirtiendo cada vez más en ficción, pero, obviamente, existen todavía muchísimas teorías con miles de fieles que la dan como cierta. Sea o no verdad, el mito de esta isla misteriosa está muy marcada en la cultura popular y se su leyenda se ha ramificado en básicamente todo medio posible, desde la literatura hasta los videojuegos y es sin duda el "lugar perdido" más famoso de todos los tiempos.

De la Atlántida nos vamos a orillas del Mar Muerto, para ir de joda(?) a Sodoma y Gomorra, dos ciudades legendarias de los relatos de La Biblia, la novela más vendida de toda la historia.

Según el Libro de Génesis, estas dos ciudades formaban parte de una pentápolis, junto a Adma, Zoar y Zeboim, todas relativamente cerca entre sí. La mitología cuenta que Lot, el sobrino de Abraham, se había mudado cerca de Sodoma, que estaba en plena guerra, aliada con Gomorra, contra reinos vecinos. Las ciudades perdieron la batalla y Lot y su familia fueron llevados prisioneros, pero fue rescatado por Abraham.



Lot se dispuso a volver a Sodoma, pero se encontró con una ciudad que se había convertido en un lugar lleno de vicio, pecado y perversión, y entonces apareció el bueno de Dios a, básicamente, destruir a las cinco ciudades por considerar que ya no tenían nada bueno. Finalmente, sólo Zoar quedó en pie, que fue donde Dios permitió vivir a Lot, aunque no estuvo mucho tiempo allí porque el alquiler era carísimo y las expensas desorbitantes.

Sin dudas, la historia de Sodoma y Gomorra (que acabo de resumir al extremo más absurdo) es una clara metáfora del castigo que recibirían los pecadores, y ambas ciudades son vistas como una representación del vicio y de la homosexualidad, de hecho la palabra "sodomía" proviene, obviamente, de Sodoma.

¿Pero existieron realmente estas ciudades o son sólo parte de una mitología? De las cinco que conformaban el grupo, sólo Zoar ha sido identificada. Sobre el resto no hubo nada muy concreto, hasta 1976 cuando el paleógrafo italiano Giovanni Pettinato reveló que una placa con escritura cuneiforme encontrada en la ciudad de Elba, contenía referencias directas a las cinco ciudades. El éxtasis duró poco, porque tiempo después se descubrió que Pettinato chamuyó o se equivocó en la traducción, porque la placa refería en realidad a otras ciudades que nada tenían que ver con la historia bíblica.

En sí, entre los investigador y expertos no se descarta que las ciudades hayan existido y de hecho muchos plantean que su desaparición se debió a ciertas catástrofes naturales. Igualmente entre los investigadores se barajaron varios "candidatos" como posibles Sodoma y Gomorra.

Numeira, un sitio arqueológico ubicado en Jordania, es considerado por algunos como la verdadera Gomorra debido a la evidencia de haber sido quemada con fuego y azufre (tal el relato bíblico), aunque para muchos otros no sería posible, ya que hasta ahora lo que se ha descubierto de Numeira representaría el tamaño de una pequeña aldea y no de una ciudad enorme como se supone era Gomorra.


Sobre Sodoma, Bab edh-Dhra (Jordania) fue postulada como su posible lugar real, pero luego fue descartada por no tener signos de haber sido destruida por fuego (algo esencial, ¿no?), y estudios posteriores revelaron además que quedó en ruinas 250 años después de Numeria, y no al mismo tiempo como se supone. En la actualidad hay un proyecto arqueológico en Jordania que empezó en 2006, liderado por el arqueólogo y profesor inglés Steven Collins, y que plantea a la región de Tall el-Hammam como el verdadero sitio físico de Sodoma. Allí, Collins y su equipo descubrieron las ruinas de una ciudad fortificada destruida entre los siglos 18 y 19 antes de Cristo, con pruebas que podrían indicar que realmente allí estaba esa ciudad legendaria. Por ahora, el proyecto sigue en pie y trabajando para encontrar más pruebas. ¿Será o no será?


Continuamos el viaje en el continente americano donde, por supuesto, hay leyendas para todos los gustos, como por ejemplo un nombre que seguro escucharon todos: El Dorado.

¿Qué era El Dorado? Según se dice, se refiere a una región en Colombia donde aparentemente abundaba el oro. La leyenda cuenta de un jefe de la tribu de esa región que, como parte de un ritual, se cubría todo el cuerpo con oro convertido en polvo y se sumergía en una laguna sagrada, como ofrenda. Los rumores sobre esta región de tesoro se fueron expandiendo, lo que empezó a motivar expediciones que iban en busca de El Dorado.

Las primeras búsquedas de El Dorado datan de los años 1530, con una serie de conquistadores germanos que recorrieron durante años el noroeste de Sudamérica, aunque ninguno tuvo éxito, y de hecho varios terminaron siendo apresados y ejecutados por tribus nativas. Luego llegó el turno de los conquistadores españoles, que vinieron básicamente por todos lados, como Gonzalo Gimenez de Quesada, que tuvo la suerte de encontrar oro durante su expedición, lo que dio aún más fuerza a la creencia de la existencia de El Dorado. Su hermano, Hernan Perez de Quesada lo siguió al año siguiente, pero él no tuvo éxito. Gonzalo Pizarro, hermano del famoso Franciso, fue otro conquistador español que inició una enorme expedición con el mismo objetivo, pero tuvo que desistir luego de que la gran mayoría de sus hombres (¡más de 4 mil!) murieran de hambre o enfermedades durante el camino. Como dato de color, se podría decir que la expedición sí tuvo un punto positivo: Francisco de Orellana, que acompañaba a Pizarro, se desvió en el camino y terminó "descubriendo" el Río Amazonas. Sir Walter Raleigh, escritor, poeta, soldado, político, espía(!) y explorador inglés fue el primero de varios ingleses bajo ordenes de la Reina en ir en la búsqueda de esta "Ciudad de Oro", algo que intentó en repetidas ocasiones sin éxito.

Con el paso de los años (y los siglos) la leyenda de la Ciudad de Dorada se fue convirtiendo más en mito y menos en realidad, pero el gran resultado de tantas expediciones fue clave en el descubrimiento y posterior mapeo del continente.

¿Pero realmente existía El Dorado? Parece que no. Se dice que el laguna Guatavita, en Colombia, era donde este rey realizaba su ritual, sin embargo, desde mediados del siglo XIX la búsqueda de esta ciudad repleta del tesoro más preciado cesó en todas sus formas, y si bien todavía sigue habiendo muchos que siguen estudiando la región y esta historia, El Dorado se ha convertido definitivamente en leyenda.

Ahora ¿por casa cómo andamos? Argentina también tiene su lugar legendario: la Ciudad de los Césares. El mito de esta ciudad es similar al de El Dorado: un sitio lleno de riquezas inimaginables que fue buscado intensamente durante la conquista y colonización del continente.

Ubicada en algún valle de la Patagonia, entre dos montañas (una de oro y otra de diamante), la Ciudad de los Césares fue la obsesión de muchos conquistadores españoles, ambiciosos de encontrar y adueñarse de su riqueza.


Hay diferentes versiones sobre su origen. Se dice que fue fundada por sobrevivientes de un naufragio, también por los Incas, algunos sostienen que era una ciudad de gigantes de la Patagonia (los Patagon), e incluso que era una ciudad poblada por fantasmas. Se sostiene que los rumores de su existencia comenzaron a través de relatos de tribus nativas y por eso la gran variedad de historias.

Hubo tres expediciones de gran importancia que tuvieron como objetivo encontrar esta ciudad, todas comandadas por españoles, pero ninguna tuvo ni el más remoto éxito, con dos de ellos muertos por los nativos.

Hoy la leyenda de La Ciudad de los Césares vive en relatos de historia y en la literatura... como la mayoría de estas ciudades legendarias.

¿Algún día se revelará algo más de estos lugares legendarios? Veremos...