Von Zeppelin
Me gustaría empezar diciendo que en el título no hay un error de escritura. En el post no vamos a hablar sobre la banda de rock de los setenta Led Zeppelin, sino de algo un poquito más viejo. En este recorrido hay dos propósitos, uno es contar un poco qué pasaba por la cabeza de un loquito alemán entre finales del siglo XIX y principios del XX y, otro es entender por qué es posible que un dirigible vuele.
Si bien varias personas estuvieron dando vueltas con sus ideas por los aires, se le suele adjudicar la creación del primer dirigible al conde Ferdinand Von Zeppelin, quien estaba convencido de que las vías de transporte aéreo iban a tener un papel fundamental en el futuro. Ya había tenido contacto en el pasado con globos aerostáticos, durante una visita a los Estados Unidos, que dependían de lo que le pintaba al viento para moverse en alguna dirección. Lo cual hacía que la idea de una nave que pudiera ser dirigida sonara bastante prometedor. Sin embargo, no fue fácil lograr convencer a los otros alemanes de la época para llevar a cabo el proyecto. De hecho en varias ocasiones el conde tuvo que recurrir a su propio bolsillo para completar la financiación.
El LZ1 recién salido del taller |
Así fue como en el año 1900 se construyó el primer prototipo de dirigible, al cual comúnmente se llamaría Zeppelin, modelo LZ1. Tenía 128 metros de largo, una capacidad para almacenar hidrógeno de 11.000 metros cúbicos y dos motores de 15 caballos de fuerza. No sé qué les pasaba por la cabeza, pero la verdad que tener 11.000 metros cúbicos de hidrógeno no suena a buena idea considerando que es un gas muy inflamable y se quema cuando su concentración es mayor al 4% en aire. Claro que para almacenar el hidrógeno, el diseño contaba con 17 cámaras de gas pero eso no evito que eventualmente ocurrieran desastres. Tal vez el caso más famoso sea el del dirigible Hindenburg (LZ 129) en el año 1937, donde murieron 36 personas debido a que en medio de una tormenta eléctrica la aeronave se prendió fuego tras haber casi completado un vuelo transatlántico.
Expreso se estaría sumando a la prensa sensacionalista |
Si bien el dirigible no demostró ser la mejor opción a la hora de diseñar un vehículo que nos permitiera movernos por los cielos, sí fue el primero en poder ser controlado durante un vuelo de larga duración. Lo cual, considerando que hablamos de principios del siglo XX estaba bastante bien.
A esta altura podemos preguntarnos por qué este enorme bicho puede mantenerse en el aire. En esta búsqueda tenemos que tener en cuenta un concepto que es bastante simple pero no por eso menos importante. La densidad, es la masa que ocupa un fluido por unidad de volumen. En este caso particular, vamos a estar hablando de gases. Uno de ellos va a ser el aire y el otro debe cumplir un principal requisito, debe tener una densidad menor a la del aire. El hecho de que la densidad sea menor, implica en líquidos que no se mezclan, que uno se posicione arriba (el de menor densidad) y el otro abajo. El ejemplo típico suele ser el del aceite y el agua. En el caso de los gases podemos remitir a otro ejemplo bastante conocido que involucra al helio. No vamos a hablar de por qué el helio nos pone la voz finita cuando lo aspiramos sino de algo más triste. El chavo del 8 muchas veces sufrió a causa de este gas y eso es porque los globos inflados con helio, si no los sostenemos, se van para arriba. Teniendo en cuenta todo esto podemos llegar a la conclusión de que el hecho de que un dirigible se mantenga en el aire suspendido definitivamente tiene que ver con la diferencia entre las densidades del gas con el que está cargado y del aire. De hecho a lo largo del texto nombramos dos posibles candidatos, el hidrógeno y el helio.
Mitosis es... |
Con esto va llegando al final este post de Expreso a Neptuno. Espero que hayan disfrutado este pequeño paseo por los aires. Nos veremos la semana que viene como todos los jueves, en este blog.
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