Conseguí una máquina del tiempo y estoy hace varios días viviendo en 2031. Está todo muy bien, bastante cambiado, hay varios países menos. No voy a contar mucho, pero por ejemplo luego de ser eliminado dos veces más por Alemania, Argentina finalmente salió campeón del mundo en 2026, derrotando a Serbia y Montenegro (se volvieron a unir en 2019). Lo importante es que un post nuestro de un jueves de Abril de 2020 causó un torbellino mundial de comentarios y llevó el blog a un estrellato de enorme medida, debido a su contenido polémico y revolucionario nunca antes visto. Tanto fue el impacto que al año siguiente Martin Scorsese dirigió una biopic contando nuestra historia con actores de renombre (a mí me interpretó James Franco). Estuvo bien, aunque muchos hechos fueron exagerados y otros inventados para darle más dramatismo cinematográfico. Por ejemplo nunca nos fuimos a pasar Semana Santa a Tailandia. Además, en 2023 Nacho ganó varios premios de ciencia por haber inventado unas plantas que se riegan así mismas usando energía solar. En fin,  como verán nos espera un futuro prometedor, lleno de fama y fortuna.

Ahora ya volví a 2015 y me toca escribir para el blog, y luego de esta experiencia no se me ocurre otra cosa más que hablar de los viajes en el tiempo, una de las más grandes fantasías de la humanidad, de como fue aplicado a lo largo de los años en distintos medios y lo que indica la ciencia al respecto.

Los viajes en el tiempo vienen siendo representados desde hace muchos siglos, y varias mitologías y religiones cuentan la historia de algún personaje que por alguna razón viajó hacia el pasado o el futuro. La mitología hindú cuenta la historia del rey Raivata Kakudmi que viaja a conocer a su creador y al volver a la Tierra pasaron muchísimos años. Otro ejemplo es el islam, en el libro del Corán, donde hay varias persones que despiertan siglos en el futuro. En Japón, existe la leyenda de Urashima Taro, un pescador que visita una ciudad acuática durante tres días, pero al volver a su pueblo descubre que han pasado más de 300 años y todo se encuentra en ruinas. 

En cuanto a la literatura de ficción, el punto más antiguo que podemos ubicar es en la novela "Memoirs of the Year Two Thousand Five Hundred" del dramaturgo y escritor francés Louis Sébastien Pichi Mercier, que cuenta la historia de un hombre que al irse a dormir, despierta en París del año 2440. Otro que se duerme y despierta varios años en el futuro es el personaje del cuento "Rip Van Winkle" (1819) de Washington Irving. Claramente irse a dormir era bastante peligroso. "Missing One's Coach: An Anachronism", cuento anónimo publicado en 1838, es el primer ejemplo de viaje al pasado. Un hombre espera ser recogido por un carruaje, pero de un momento al otro se da cuenta que ha viajado mil años hacia atrás, y vive una aventura loquísima (?).

Como verán, hasta ahora todos estos ejemplos tratan el viaje en el tiempo como algo mágico, incluso hasta accidental en la mayoría de los casos, sin mayor explicación al respecto, con los protagonistas más convertidos en víctimas que en viajeros en sí. Ahora vamos a hablar un poco del tipo de viaje que más importa: el deliberado utilizando una máquina especial.

La literatura de ciencia ficción es, obviamente, donde nace el concepto de moverse a través de los años utilizando un objeto en particular. Al principio las bases del género no estaban asentadas y se trataba más de una explotación de fantasías que ciencia en sí. Los primeros pasos se dieron en el siglo XIX, con un cuento corto llamado "The Clock That Went Backward" (Edward Page Mitchell) publicado en 1881, donde un reloj lleva a los personajes atrás en el tiempo. Este cuento es el primer ejemplo de uso de una máquina como medio para realizar el viaje, por más delirante que sea y sin absolutamente ninguna base científica.

"¿A cuándo te llevo, linda?"

El escritor inglés H. G. Wells es considerado por muchos como el padre de los viajes en el tiempo y uno de los autores más influyentes de la historia. Si bien como dije no ha sido el primero en exponer este concepto, sí fue el que lo llevó al conocimiento mundial, primero con el cuento corto "The Chronic Argonauts" (1888) y luego con la mundialmente famosa "The Time Machine" (1895), piedra angular del género y responsable de popularizar y meter de lleno en la fantasía de la gente el concepto de viaje en el tiempo deliberado, y de hecho, fue el propio Wells el que inventó el término máquina del tiempo. "The Time Machine" cuenta la historia de un hombre que viaja al año 802.000 y descubre que la Tierra está habitada por dos razas enemistadas. Esta novela fue adaptada a dos películas y dos series de TV, y su clásica y conocida máquina del tiempo es protagonista total de un episodio de la serie The Big Bang Theory, y, ya rozando lo limado, la usa el periodista del canal TN Ricardo Canaletti en su programa Cámara del Crimen. El punto es que los viajes en el tiempo ya estaban definitivamente dentro del consciente de los lectores. Los cimientos ya estaban puestos.

Durante la cuarta década del siglo XX, en pleno auge de la ciencia ficción (la considerada Era Dorada de la Ciencia Ficción), con revistas como Astounding Science-Fiction y bajo la tutela de genios como John W. Campbell, el género estaba en un momento espectacular, con muchísimos nuevos autores llenos de imaginación, como por ej. Robert Heinlein y Arthur C. Clarke. De hecho fue el propio Heinlein (considerado como uno de los tres grandes de la ciencia ficción, junto a Isaac Asimov y el mencionado Clarke) quien en 1941 publicaría un cuento corto llamado "By His Bootstraps", que daba lugar a un nuevo concepto dentro del viaje en el tiempo: las paradojas, de las que ya voy a hablar más adelante. En la misma década, unos años más adelante, se realiza la que es la primera película en abarcar este mismo concepto, "Time Flies", en la que un artista de music hall usa una máquina del tiempo para viajar a la Inglaterra del siglo XVI. Así mismo, Isaac Asimov dio su visión del tiempo en la excelente "El Fin de la Eternidad" (1955), explotando el concepto de control del tiempoal máximo, en una novela en mi opinión indispensable en cualquier biblioteca.

Hasta acá conté un poco los orígenes y los primeros ejemplos del tema. Desde ese punto en adelante, hasta el propio presente, hay incontable cantidad de historias sobre viajes en el tiempo, cada una con sus reglas y sus consecuencias. Esto es lo bueno del género, la ciencia ficción es literatura especulativa, es pura imaginación y supuestos a partir de un hecho o tecnología en particular, lo que da lugar a una amplísima variedad de temas.

Por supuesto, si hablamos de viajar en el tiempo, una de las obras más famosas es la trilogía de Volver al Futuro. Las hemos visto y disfrutado incontables veces, y es una firme candidata de domingo a la tarde en canal de aire. La máquina del tiempo, un modificado DeLorean, se ha convertido en un clásico absoluto y parte importante de la cultura pop. También hay otros grandes ejemplos, como la saga Terminator o la histórica serie inglesa Doctor Who. Los viajes en el tiempo llegaron y no se van a ir nunca, es una fantasía atractiva y una habilidad que todos quisiéramos poder utilizar aunque sea una vez. ¿Quién nunca se preguntó qué haría si pudiera viajar al pasado o al futuro? ¿Visitarías algún suceso histórico? ¿Tratarías de ir a matar a Hitler antes de que arme el quilombo que armó?

Las variaciones son infinitas y justamente eso es por algo en particular: no hay reglas. La mayoría de las historias de ciencia ficción tratan de seguir cierto parámetro científico, dentro de lo posible. Isaac Asimov decía que una buena historia de ciencia ficción empieza por buena ciencia, pero, ¿cómo sabemos que una teoría sobre viaje en el tiempo es correcta o no? No hay manera, de hecho hasta el día de hoy todos los experimentos y estudios realizados por la ciencia lo dan como algo prácticamente imposible, no es más que una fantasía romántica. Siempre hablando por supuesto del viaje en el tiempo deliberado y libre, a grandes distancias para ambos lados. Y si fuera posible, ¿cómo hacemos para ir a un punto en particular? Las películas nos muestran algún objeto en el que se ingresa una fecha y listo, la máquina hace sus trucos y hacia allí vamos. Pero las fechas y horas del calendario no son ninguna medida física de tiempo, simplemente es una guía que utilizamos que nos dice dónde estamos parados, ¿cómo puede eso servir de indicativo científico para moverse a través del tiempo y espacio? Esas son algunas de las cosas que se pregunta la ciencia y de la que no hay respuesta. Con esto en carpeta, cosas como Volver al Futuro jamás serán realizables.

Por lo tanto y teniendo en cuenta la improbabilidad de los acontecimientos, cada historia tiene su propia forma de ser y todas son correctas e incorrectas por igual. En algunas hay puntos fijos que no se pueden cambiar, en otras cualquier cambio abre una realidad paralela, hay unas que no permiten más de tal cantidad de años de separación, otras proponen que sólo se puede viajar hacia adelante, etc. Todo depende de lo que quiera decir el autor.

En este punto voy a hablar de algo que ya mencioné más atrás y que es una parte muy importante de los relatos de viajes en el tiempo: las paradojas. Una de las más debatidas es la paradoja de la predestinación, muy usada en el género. Se trata de un evento del pasado que es causa directa de un evento del futuro, que a su vez es causa del evento del pasado. Un ejemplo muy claro para imaginar esta paradoja es la de la película Terminator (1984): John Connor envía al pasado a su propio padre, Kyle Reese, quién allí conoce a Sarah Connor y juntos conciben a John. Es un bucle eterno que no tiene un comienzo. ¿Qué vino primero? ¿La gallina o el huevo? Te rompe el cráneo, no hay manera de sacarlo.

Otra famosa paradoja muy acaloradamente discutida es la paradoja del abuelo. No el de la hinchada de Boca, eh, sino la paradoja que dice que si un viajero del tiempo va a al pasado y mata a su abuelo antes de que se reproduzca (Nota: ¿por qué ir a matar al pobre nono?), ¿qué pasaría? Si mata a su abuelo, el viajero del tiempo no nace, pero entonces si no nace, no puede viajar al pasado para matar a su abuelo, lo que haría que todo vuelva a su curso normal, y así sucesivamente. ¿Se entiende? ¡Pero claro que no! Obviamente este es el ejemplo que parte del nombre, pero esta paradoja se puede aplicar a cualquier situación en la que un evento futuro producto de un evento pasado haría imposible ese evento pasado. Viajo en una máquina del tiempo al pasado a matar al tipo que inventó esa máquina del tiempo en la que viajé. ¿Cómo sigue la movida?

Una de las soluciones que da la ciencia ficción a esta paradoja es la de la creación de una nueva línea de tiempo, en la que el viajero nunca nace, pero existe de igual manera producto del propio viaje. Algunas historias directamente dicen que cualquier paradoja de estas directamente van a destruir el universo, algo que menciona muchas veces el Doc Brown en la trilogía de Volver al Futuro. Entonces, y como ya vengo diciendo, las respuestas a cada problema creado por los viajes en el tiempo son parte de las reglas que cada uno le ponga. Las teorías son muchísimas y todas son incomprobables, por lo menos hasta que en algún momento exista y sea posible viajar a través de los años, ahí descubriremos la verdad. Y hubo una vez un tipo conocido como John Titor que parecía tener todas las respuestas...

¿Quién es John Titor? Es una persona que posteó durante los años 2000 y 2001 en distintos foros de discusión, diciendo y recontra diciendo que era un soldado del ejército proveniente del año 2036, envíado al año 1975 para conseguir una computadora de IBM que necesitaban para solucionar unos problemas, y que estaba visitando el año 2000 por "razones personales" nunca aclaradas. La cosa es que el chabón se mandó una gran explicación de como era posible el viaje en el tiempo, e incluso hizo público un manual para la construcción de una máquina, aunque obviamente con materiales imposibles para ese momento, y se mandó una serie de predicciones bastante interesantes.

La movida que generó John Titor con su historia fue tal que incluso era discutido en algunos programas de radio y TV. Luego de un tiempo, el misterioro forero desapareció y nunca más se supo de él. Obviamente, las predicciones, por más explicadas y lógicas que parecieran, no se cumplieron en absoluto, por lo tanto, John Titor no fue más que una muy creativa persona con la intención de trollear a un país entero y que lo logró con creces. Al día de hoy nadie sabe su verdadera identidad. Así como la historia de John Titor, hay infinidad de leyendas urbanas y sucesos que daban a entender que el viaje en el tiempo era real (varias relacionadas obviamente con experimentos militares ultra secretos), pero lamentablemente todas fueron comprobadas como falsas. Por lo tanto, por ahora los viajes en el tiempo siguen siendo un deseo irrealizable más que una realidad. ¿Algún día será develado el misterio? ¿Estaremos preparados para las consecuencias de semejante poder?

Y bueno, así entonces termino el post, espero hayan tenido una buena lectura y no estén deseando tener una máquina del tiempo para advertir a los ustedes del pasado para que no lean este post (lo que inevitablemente crearía una paradoja). En fin, a pesar de que los viajes en el tiempo sean totalmente ilógicos e improbables, sigan soñando y disfrutando de tantas aventuras a través de los milenios que hay para ver y leer, y quién sabe, tal vez algún día se hagan realidad.