Manual para adolescentes
Corría el año 1998 y Judd Apatow
no era lo que es hoy. Su currículum era, obviamente, mucho más escueto que el
actual, e incluía roles como productor en cuatro films: Crossing the Bridge
(1992), Heavyweights (1995, también acreditado como guionista y actor), Celtic
Pride (1996, participando como guionista) y The Cable Guy (1996); y como
productor y guionista en varios shows televisivos: The Ben Stiller Show (92/93,
en el que actuaría), The Critic (94/95) y The Larry Sanders Show (93/98, donde
dirigiría).
Los freaks, futuras estrellas |
Es en este punto donde el destino
hizo lo suyo. Los amigos se cruzaron y Apatow le preguntó a Feig si tenía ideas
para un show para televisión. Este último hacía rato que tenía ganas de
realizar un programa sobre la preparatoria, dado que creía que ese tema nunca
había sido abordado con el grado de autenticidad necesario. Ese fue el germen
que daría nacimiento a Freaks and Geeks, uno de las series de culto más
importantes de las últimas décadas. Con Feig como creador, y Apatow como
productor, y ambos dirigiendo y escribiendo algunos capítulos.
La serie se centra en dos
hermanos adolescentes, Lindsay y Sam Weir, de 16 y 14 años respectivamente, que
van a la William McKinley High School a principios de la década del ’80. Con el
correr de los 18 episodios que duró su única temporada vamos conociendo a
Harold y Jean Wier, sus padres, y a los amigos de esta dúo de hermanos. Lindsay
está pasando por un período de rebeldía, y deja de ser la alumna modelo para
comenzar a juntarse con los Freaks, Daniel, su novia Kim, Nick y Ken, especie
de conjunto de outcasts, un tanto vagos, y con problemas en sus hogares. Sam
por su parte pertenece a los Geeks, junto a Neal, Bill y Gordon, tribu que
podríamos asociar a la idea que tenemos de los Nerds, perdedores, amantes de la
ciencia ficción, siempre blanco de los bullies.
Los geeks, muy graciosos |
De capítulos auto conclusivos, el
show es la representación más fiel que se haya hecho de la adolescencia en la
pantalla chica. Por él desfilan todos los temas cruciales que aquejan al ser
humano en dicha etapa. Anhelos de ser estrella de rock cuando casi no sabes
tocar, esforzarte para conquistar a la chica de tus sueños solo para descubrir
que te aburre, rebelarte contra los patrones establecidos y contra lo que se
espera de vos, explorar las distintas formas de reaccionar ante una mentira de
tus padres, la amistad y el sentido de pertenencia, son solo algunos ejemplos
de los puntos en los que el programa profundiza. Si bien está todo tratado en
un tono general de comedia, no solo de carcajadas se nutre el show, que además
emociona y genera un alto grado de empatía con el espectador, el cual no puede
evitar sentirse identificado con alguna de las situaciones retratadas.
Algo en lo que tanto Feig como
Apatow hicieron hincapié es en formar un elenco de adolescentes que se sintiera
real, evitando las fórmulas a las que recurrían muchos programas de temática
similar. Y esto, como se verá a continuación, fue un gran acierto. Para los
roles principales se eligió a Linda Cardellini como Lindsay Weir y a John Francis
Daley como Sam Weir. Sus padres fueron interpretados por Joe Flaherty y Becky
Ann Baker (Harold y Jean Weir respectivamente). Muchos de los Freaks serían
exitosos a posteriori y participarían a futuro en distintas comedias de la
factoría Apatow, me refiero a James Franco (Daniel Desario), Jason Segel (Nick
Andopolis), Seth Rogen (Ken Miller) y Busy Philipps (Kim Kelly). Por su parte,
para interpretar a los Geeks (mis personajes favoritos) los seleccionados
fueron: Samm Levine (Neal Schweiber), Martin Starr (Bill Haverchuck) y Jerry
Messing (Gordon Crisp). Otros papeles que merecen ser destacados son los de
Sarah Hagan (Millie Kentner, interés amoroso de Sam), Dave Allen (Mr. Rosso,
una especie de consejero estudiantil) y el capo de Thomas F. “Biff Tannen”
Wilson (Coach Fredricks, el profesor de gimnasia). Además hicieron cameos o
participaciones actores de la talla de Ben Stiller, Leslie Mann, Kevin
Corrigan, Rashida Jones, y Jason Schwartzman, entre otros.
Los hermanos Weir |
Otro punto que hace que el show
se diferencie de otros contemporaneos, es su gran banda sonora. Los temas
fueron cuidadosamente elegidos para representar de manera correcta a la época
en la que se sitúa la acción. Bandas y cantantes como Van Halen, Styx, Deep
Purple, Kiss, Cheap Trick, Rush, Cream, Billy Joel, Journey, The Who, Janis
Joplin, Queen, Supertramp, Emerson, Lake & Palmer, Lynyrd Skynyrd, Led
Zeppelin y Grateful Dead, se pueden reconocer sonando de fondo, en una muestra
de buen gusto y mejor criterio de selección. Esto constituyó un obstáculo
importante a la hora de editar el DVD por los altos costos que traía aparejado
hacerse cargo de los derechos de autor. Mención especial merece la secuencia de
títulos al ritmo de Bad Reputation de Joan Jett.
El estreno, por la cadena NBC, se
daría en septiembre de 1999. Si bien fue un éxito de crítica, no contó con el favor
del público masivo, aunque sí con el de un fiel núcleo de fans. Este factor,
sumado a varios cambios de horario, hizo que la cadena tomara la decisión de
cancelar el programa luego de emitidos solo doce episodios. En julio del 2000,
NBC a pedido de los fans, decidió poner al aire 3 capítulos más. Los 3 capítulos
restantes recién verían la luz entre septiembre y octubre de ese mismo año, una
vez que el canal Fox Family adquiriera los derechos del show. Tuvo mejor suerte
en el mercado del DVD y del streaming online vía Netflix factor que la terminó
convirtiendo una serie de culto.
Luego de esta aventura
televisiva, Judd Apatow probaría las mieles del éxito, transformándose en un
director, productor y guionista de referencia obligada en cuanto a comedia se
refiere (The 40-year-old virgin, Knocked up, Superbad, Forgetting Sarah
Marshall, Pineapple Express, Funny People, This is forty, y muchas otras). Por otro
lado, Paul Feig continuaría actuando y dirigiendo con suerte diversa, hasta que
volvieran a trabajar juntos en Bridesmaids, una muy recomendable (y aclamda)
comedia del 2011. Pero esto es materia para otra historia.
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