La muchas vidas de Míster García: Serú Girán parte I
Al cierre del episodio anterior, vimos como Charly se iba a instalar a Brasil, junto a David Lebón, para armar un nuevo proyecto. Con el dinero recaudado en el Festival del Amor, se radicaron en Buzios, donde durante tres meses se dedicaron a componer varias canciones y a experimentar un poco. Sin embargo, no todo salió redondo. Por un tema de derechos de importación, de elevado costo, no pudieron ingresar al país limítrofe con los equipos que llevaban a cuestas. A los dos meses de estadía, promediando enero del ‘78, Charly decide volver a Buenos Aires para arreglar un contrato con Oscar López y Billy Bond, quienes se encargarían de ser los productores en esta nueva etapa para Sazam Records, una subsidiaria de Music Hall. Además, aprovechando la visita empleó el tiempo para buscar integrantes para su nueva banda.
Fue en un recital de Pastoral, al que asistió junto al ex bajista de la Máquina, José Luis Fernández, en donde vio por primera vez tocar a Pedro Aznar, un joven de 18 años que la rompía con el bajo. Esa misma noche decidió convocarlo para su nuevo proyecto. Por suerte para todos los amantes de la música, no necesitó mucho para convencerlo. Por último, García llamó a un viejo conocido, Oscar Moro, con quien había terminado de tocar hacía meses atrás en la Máquina.
Con todas las piezas en su lugar, y utilizando parte del adelanto recibido por la firma del contrato, Charly le pagaría el pasaje a Pedro y Moro para que vayan a Brasil a reunirse con él y Lebón, y también se ocuparía de rescatar los equipos varados. Ahora sí, estaba todo listo para que estos cuatro grandes músicos formaran una de las bandas más importantes de nuestro rock, una verdadera superbanda y una de mis favoritas. Serú Girán estaba a la vuelta de la esquina.
Con el material compuesto en esos meses en Brasil, entre marzo y abril de 1978 ingresaron al estudio El Dorado de San Pablo para comenzar el proceso de grabación del primer LP. También grabaron como banda de acompañamiento en el disco Billy Bond and the Jets, para el cual aportaron varios temas en la composición, entre los que se destaca Loco (¿no te sobra una moneda?), canción compuesta por García, y que Serú solía tocar en vivo.
La grabación de Serú Girán (el disco debut se llamaría igual que la banda) se completó en los estudios ABC de Los Ángeles y contó con la participación de Daniel Goldberg en arreglos orquestales, que se destacan en el tema que le da nombre tanto al disco como a la banda y Eiti Leda (Charly ya lo había tocado junto a Sui Generis bajo el nombre de Nena). El larga duración tiene grandes canciones que con el tiempo se volverían clásicos indiscutidos de nuestro rock, como Seminare, la ya mencionada Eiti Leda, El mendigo en el andén o Voy a mil. El nivel creativo era tal, que llegaron a inventar un nuevo idioma para la letra del track Serú Girán. La complejidad de las composiciones y las armonías situaban a Serú en un nivel superior al resto de las bandas locales del momento. La placa exhibe una mezcla balanceada de rock nacional, rock progresivo, jazz y algunos toques de ritmos brasileros. No había nada igual en estas pampas. El mayor peso compositivo lo tiene Charly, con aportes de Lebón.
La presentación en sociedad del cuarteto fue en julio del ‘78, en el Luna Park, cuando participaron del Festival de la Genética Humana, un show que les había conseguido su nuevo manager, Daniel Grinbank. Festival no exento de polémica, dado que la fundación que lo auspiciaba era presidida por la mujer de Videla. Solo tocaron tres canciones con un sonido que no estuvo a la altura.
Su primer recital importante fue en noviembre de ese mismo año, en el Estadio Obras Sanitarias, con motivo de la presentación de su primer trabajo. El resultado no pudo ser más decepcionante. Si bien hay testimonios de asistentes que ponderan ciertas virtudes del show, la prensa de la época parece acordar que el concierto estuvo lejos de lo esperado. Entre las críticas más destacadas la actitud de los músicos fue la principal, haciendo foco en cierto egocentrismo y engreimiento por su parte. El periodista y poeta Pipo Lernoud llegó a decir que esa noche no tocó Serú Girán, sino sus dobles. La relación de la banda con la prensa especializada comenzaba con el pie izquierdo, y llegaría a su punto álgido cuando una publicación dedicada al rock titulara su nota de tapa así: “Charly García ¿ídolo o qué?”. Sin embargo, y a pesar del encono, Serú arrasaría en la encuesta de la revista Pelo con lo mejor de 1978, ganando en las categorías mejor tecladista, mejor guitarrista, mejor bajista, mejor baterista, mejor compositor (Charly), mejor grupo en vivo y mejor tema (Seminare).
Este inicio un tanto desparejo tuvo repercusiones dentro del grupo, y hasta se llegó a especular con la separación de la banda. Estos rumores probaron ser falsos, pero los efectos de las críticas se harían notar en su próximo trabajo. El año 1979 los encontraría trabajando en nuevas canciones, que entrarían a grabar entre junio y agosto en los estudios ION. El resultado, que saldría ese mismo año, es La grasa de las capitales, una gran obra, musicalmente más directa que la anterior, despojada de cuerdas, y con letras que suponen una vuelta de Charly a la crónica y crítica social. Entre los temas del disco destacan el que le da nombre, en el que García aprovecha para verter una crítica a la frivolidad de la fama y sus distintas vicisitudes, San Francisco y el lobo, en el que pone el foco en la crueldad humana, la oscura y genial Viernes 3 AM, de hermosa melodía, tuvo problemas de censura porque se consideraba que su letra podía inducir al suicidio, y Noche de perros, otro punto alto en lo melódico, que tienen muy buenos aportes del bajo de Aznar.
El arte de tapa imitaba la portada de una revista, algo similar a la Gente, con algunos titulares que hacían referencia a las diversas críticas que la banda y especialmente Charly, habían recibido el año anterior. Su presentación fue en seis exitosas funciones en el Auditorio Buenos Aires, para luego continuar con una gira por Córdoba, San Luis y Mendoza. Este disco marca el comienzo del romance de Serú con su público, y también con la prensa especializada. Adicionalmente es el último que vería la luz por Sazam Records, para Music Hall. Los esperaba el camino de la independencia.
El año 1980 llegaría con bastantes novedades para el grupo, pero eso lo dejamos para el próximo capítulo de este recorrido.
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