Músicos de película
En esta oportunidad se me presentaron una variedad de tópicos. No termino de estar seguro si sobre lo que me gustaría escribir es una anécdota, una historia, una canción, un disco, una película. Sin embargo, creo que en algún punto cada una de las cosas que nombré involucra a las otras. Como bien destacó Facu en el post anterior, en muchas ocasiones un disco puede narrar una historia. En cierta forma podríamos considerar a las canciones como capítulos o secciones. A su vez, las historias suelen dejar anécdotas e indefectiblemente las películas funcionan como un buen punto de fuga para todos estos elementos.
Allá por el año 2005, nos habíamos hecho unos amigos en las vacaciones de verano. Cuando digo nos, me refiero a mi hermano Santi y a mi. Cuestión que cuando volvimos un día nos juntamos todos para ir al cine. La idea inicial era ver “Las locuras de Dick y Jane” o algo así, película en la que actúa Jim Carrey. Como la vida es una cagada de a ratos y no todo el tiempo, el destino se puso de nuestro lado y por algún motivo, que a los fines de mi no tan buena memoria digamos, fue la falta de entradas, terminamos viendo otra cosa. La película “Walk the line”, que narra la historia de un, hasta ese entonces desconocido por mí, Johnny Cash. Una anécdota que me causa bastante gracia fue que, alrededor del minuto treinta de película, un amigo se me acerca y, con un pequeño dejo de preocupación, me dice, che ¿y Jim Carrey dónde está?
La película muestra algunos episodios de la infancia del cantante, siendo el de mayor peso la muerte de su hermano, lo cual tendrá repercusiones a lo largo de su vida. También se deja entrever una relación complicada con el padre, quien pareciera preferir al hijo muerto por sobre aquel que ha permanecido con vida. Ya de adulto, podemos ver la inserción y desenvolvimiento de un buen Joaquin Phoenix, en la escena de la música country de los años cincuenta, compartiendo escenarios con otros músicos destacados como Jerry Lee Lewis o Elvis. Como en toda película que nos da Hollywood hay una componente amorosa. En este caso, es la relación entre Johnny Cash y June Carter, interpretada por Reese Witherspoon. También se trata el tema de la adicción a las drogas por parte del cantante. A lo largo de la película, se van presentando números musicales, que nos permiten ir conociendo algunos temas del artista. Creo que este es uno de los logros más interesantes. Tal vez, si no hubiera visto la película nunca me habría enterado de su existencia, o habría ocurrido muchos años después. En mi opinión, se trata de un cantante particular. No pretendan escuchar una voz cuidada y con total precisión. Pero tiene gracia, unos graves increíbles y un ritmo sumamente contagioso. Si tuviera que elegir una canción supongo que sería el clásico Folsom prison blues, con su letra irónica y esa cadencia que te hace mover el pie. Les recomiendo enfáticamente que se tomen el tiempo para adentrarse en la música de Johnny Cash más allá de esta pequeña recomendación personal, ya que creo podrían sorprenderse de la combinación del country con influencias del góspel y rock and roll.
Un año antes, en el 2004, se estrenó la película “Ray”. Cuenta la historia del groso, fenómeno del rhythm and blues, Ray Charles. Durante toda la película podemos ver flashbacks de una niñez que ha dejado al artista con un trauma importante. Al igual que en el caso de Johnny Cash, Ray Charles perdió a su hermano. Poco tiempo después quedó ciego. No sé qué opinan ustedes pero me parece que eso vuelve aún más meritoria la forma en que toca el piano. El artista es interpretado por Jamie Foxx. Un dato que me resultó muy interesante es que a lo largo de la película es Foxx quien toca el piano y canta. La filmación nos da un recorrido por la vida de Ray, su amistad con Quincy Jones, sus amoríos, contacto con las drogas, pero por sobre todas las cosas con mucha música. Para aquellos curiosos hay un post interesante en imdb acerca de qué aspectos de la película se diferencian un poco de lo ocurrido realmente. Hollywood y su tendencia a hollywoodizar las cosas. Sin embargo, eso no es lo más importante. Más allá de que es interesante poder conocer la realidad del artista ya que eso nos permite comprender mejor aspectos de su obra, también es interesante tener un primer vistazo de la obra en sí. En este caso, podemos ver clásicos como Georgia on my mind (Hoagy Carmichael y Stuart Gorrell), que si bien no es de Ray Charles, su versión que incluye orquestación, una melodía de cuerdas en el inicio y arreglos vocales por parte de un coro, me parece genial. También podemos apreciar canciones como Hit the road Jack (escrita por Percy Mayfield) con esa secuencia de notas tantas veces escuchada pero igualmente alucinante.
Encuentro a estos dos músicos singulares, los invito a adentrarse en la discografía de ambos. Más allá de que sean de mi agrado, forman parte importante del movimiento musical de su época y han sido trascendentales. Es difícil, más aún hoy en día, encontrar particularidades en los músicos. Tal vez lo más complicado sea generar un estilo propio, algo que suene genuino, esa famosa frase de encontrar el sonido. Claro que siempre hay que nutrirse de otros, de eso se trata. Al igual que tantos otros aspectos de la vida, la formación musical es un equilibrio dinámico en el cual el artista constantemente se modifica y enriquece a través del estudio y de su interacción con pares. En ningún punto mi intención fue dar a conocer en forma total la historia de estos músicos, sino nombrarlos, traerlos a la escena aunque sea por un momento, generar alguna inquietud. Espero hayan disfrutado de esta breve intención y en caso de que aún no lo hayan hecho también puedan hacerlo con sus canciones. Sin más, nos vemos en la próxima entrada de Expreso a Neptuno.
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