Tipos que merecen ser leyenda Vol. 5: Moondog, el vikingo de la 6ta Avenida
Una mañana de 1949 un hombre
ciego de barba y pelo largo apareció en la sexta avenida de New York, vestido
con un casco de vikingo y un bastón largo. Al principio la gente pensó que se
trataba de un loco, pero el hombre volvió a ese lugar día tras día por más de
30 años, hasta volverse una especie de leyenda en la ciudad y una atracción que
los turistas se acercaba a visitar.
Lo que muchos no supieron nunca
es que este hombre no era un homeless pintoresco. Era un poeta, un
músico con formación clásica, un compositor e inventor de instrumentos. Incluso
al día de hoy mucha gente sigue sin conocer la verdadera historia de quién la
prensa estadounidense llamó “El Vikingo de la 6ta Avenida”.
MOONDOG ANTES DE MOONDOG
Antes del personaje, estuvo el
hombre que nació en 1916 con el nombre Louis Thomas Hardin. Hijo de un padre
militar, sus primeros años de vida iban a estar marcados por dos cosas: la
música y las constantes mudanzas. Su interés por la música fue casi inmediato.
Ya a los cinco años tocaba la batería con un set que el mismo había armado con
cajas de cartón. En la secundaría siguió por ese camino y tocó la percusión en
la banda escolar.
A los 17 años su vida cambiaría
por completo. En una granja cercana a su casa en Missouri estaban haciendo
demoliciones con dinamita. Por un error en una de las explosiones Louis quedó
ciego. Poco después de eso su familia se mudaría a Batesville, donde dejaría la
percusión para estudiar piano. En los años siguientes la familia iría saltando
de ciudad en ciudad y el seguiría con sus estudios de música en distintas
escuelas, entrenando el oído y aprendiendo composición de forma
autodidacta.
En 1942 estudió durante un año en una escuela de Memphis, gracias a una beca. Allí aprendió teoría y lectura musical en braille. Pero al poco tiempo se aburriría del estudio formal y se mudaría a New York para estar más cerca de la escena de música clásica y jazz, los dos estilos que más le interesaban. La leyenda de Moondog estaba por comenzar a escribirse.
MOONDOG EN NEW YORK
Apenas llegó a la ciudad Hardin
se sumergió de lleno en el mundo de los clubes nocturnos de jazz que había en
Manhattan. Allí conocería a grandes figuras de la época como Benny Goodman y
Charlie Parker. Según cuentan Hardin improvisó alguna vez con Parker y hasta
hubo intención de grabar un disco juntos, aunque tristemente quedó en la nada.
Los primeros días en New York |
Finalmente Rodinzki dejó la Filarmónica en
1947, pero si bien no llegó a conducir ninguna obra de Moondog, si le presentó
a algunos de sus amigos como Leonard Bernstein, Arturo Toscanini y varios
ejecutivos de compañías discográficas.
EL NACIMIENTO DE MOONDOG
En los cuatro años que llevaba en
New York Hardin no solo había conocido músicos, sino que también se había
casado y tenía una hija. En 1947, justo después de su divorcio, comenzó a
firmar sus obras y poemas con el alias “Moondog”, que era el nombre de un
perro que había tenido en su infancia (Si si, cómo Indiana Jones).
En esa época fue cuando la leyenda nació. Moondog dejó la puerta del Carnegie Hall y se mudó a la 6ta
Avenida, dónde poco a poco se iría volviendo uno de sus personajes más
pintorescos. Inicialmente solo tenía su pelo largo y su barba larga. Más tarde
adoptó el sombrero vikingo en parte para
evitar las frecuentes confusiones con Jesús - Moondog había rechazado el
cristianismo de adolescente- y en parte por una fuerte fascinación con la
mitología nórdica. En la calle se dedicaba a entretener a la gente hablando con
ella, recitando y vendiendo sus poemas e incluso tocando sus obras en los instrumentos
que el mismo inventaba. Su aparición no pasó desapercibida y poco tiempo
después un periodista del Times escribió una nota sobre él, lo que lo convirtió
en una especie de celebridad.
"¿Te llamas como el perro? jajajajajaja" |
Gracias a esto y a los contactos
de Rodinzki, a comienzos de los 50s pudo grabar sus primeras composiciones, que
tenían un sonido que combinaba sus dos pasiones: música clásica y jazz
orquestal. Después de sacar casi una docena de singles y EPs, en 1953 apareció
su primer larga duración Moondog and Friends. En los siguientes cinco
años aparecerían cuatro discos más, incluyendo uno de canciones para chicos en
el que trabajó con Julie Andrews (Mary Poppins!). Después de eso Moondog entraría
en un silencio discográfico de más de diez años.
MOONDOG VS EL ROCK AND ROLL
En 1954 el legendario disc jockey
Alan Freed - reconocido por ser uno de los primeros en difundir el Rock and
Roll a nivel masivo - bautizó su programa de radio The Moondog Rock and Roll
Matinee, utilizando una de las canciones del artista en la presentación.
Esto llevó a un juicio en el que Hardin y Freed disputaron el nombre Moondog. Personalidades como Benny Goodman y Arturo Toscanini testificaron a favor del músico,
no solo para dar fe que él había usado el nombre antes, sino también para
demostrar que más allá del personaje extraño, Moondog era un músico en serio.
Por su puesto ganó el juicio y pudo seguir usando su nombre, mientras que Freed
tuvo que pedir disculpas y rebautizar su show.
Goodman y Toscanini. Dos que le bancaron la parada a Moondog |
MOONDOG BEAT
Durante los años siguientes el
Moondog músico y artista le fue dando lugar al personaje, al atractivo turístico.
La gente se acercaba a él porque todos querían contar la anécdota de cómo fue
su charla con el “Vikingo de la 6ta Avenida”. Se había vuelto una figura vacía
de sentido.
Recién a en los 60s la cultura Beat rescataría
al artista en él. Moondog solía escribir poemas denunciando las miserias del
gobierno, el sistema económico y la religión. Por eso estos jóvenes vieron en él
un fuerte icono contra-cultural y lo recibieron con los brazos abiertos.
Participó en lecturas escritores con Allen Ginsberg y William S. Boroughs.
Compuso la banda de sonido para Drive She Said, una película dirigida
por un jovencísimo Jack Nicholson. Incluso artistas como Pentagle, Jimmy
McGriff y Big Brother and the Holding Company (con Janis Joplin todavia en al
voz) hicieron versiones de sus temas.
Este revival tuvo su punto
culmine a fines de la década, cuando se le ofreció un nuevo contrato
discográfico. Así en 1969 vio la luz Moondog, probablemente su trabajo
más recordado al día de hoy, aunque de poco impacto en esa época. La
combinación de música clásica más contemporánea y algo minimalista que proponía
el disco atrajo la atención de músicos como Philip Glass y Steve Reich, que no
tardaron en interesarse en sus composiciones e incluso trabajar con él.
LA DOS MUERTES DE MOONDOG
Después de sacar Moondog II, el
artista recibió una oferta para ir a instalarse durante algunos meses en
Alemania y hacer una gira por Europa. Allí encontraría uno de los periodos más
prolíficos de su carrera, llegando a editar cinco discos en cuatro años. Esto
se debió en parte a que en Alemania conoció a Ilona Sommer una estudiante que
se volvería su pareja y transcriptora de tiempo completo. Cuando por fin tuvo a
alguien que pusiera su música por escrito, Moondog pudo dar rienda suelta a
todo su potencial creativo.
Mientras tanto, en New York la
repentina desaparición del artista hizo pensar a muchos que había muerto. La
noticia incluso fue comentada en algunos programas de televisión.
Eventualmente, la aparición de sus nuevos discos hecho por tierra el rumor.
Moondog en Sax Pax for Sax |
Luego de esta visita regresó a Europa. Durante la década de los 90s sacó tres discos más, incluyendo Sax Pax for Sax un disco de Jazz hecho en colaboración con la Saxofónica de Londres. Este disco sería el primero en editarse en EE.UU. Desde Moondog II de 1971 y fue elogiado de forma unánime por la crítica internacional.
En 1999 murió en su hogar
en Alemania, mientras trabajaba en lo que sería su próximo disco. Hasta el día
de hoy es recordado por músicos, actores y artistas en general. Incluso se
financió documental de su vida a través de Kickstarter. Todas pruebas de que no
solo acá opinamos que Moondog es un tipo que sin lugar a dudas merece ser
leyenda.
FIRMA: Alcalde Goldie Wilson
(puede seeeeeeeeer!)
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