Dios Ha Muerto Parte I: La Era de las Patadas
Inabarcable. Tal vez
esa sea la palabra. Algo inabarcable es algo que no se puede rodear o
comprender por completo. La obra de David Robert Jones, alías David Bowie,
puede ser definida de esa manera. Es algo vivo, que muta, algo a lo que podemos
volver una y otra vez para encontrar siempre cosas distintas, nuevas, que no
habíamos notado antes. Por eso es inabarcable.
La muerte de Bowie hace
pocas semanas cayó como una sorpresa. Había rumores sobre su enfermedad, pero
nada que indicase que el final de su vida estaba tan cerca, mucho menos después
de la salida de su último disco pocos días antes. Su muerte, al final, fue un
giro inesperado, como lo fue todo en su carrera. Un legado de 25 discos, más de
una decena de apariciones en películas e innumerables shows en vivo a lo largo
de 50 años de carrera. Carrera que en Expreso a Neptuno nos proponemos repasar paso a paso, aprovechando que no tenemos límites de espacio y no nos preocupan los límites de tiempo.
El viejo dicho argentino de que “una patada en el culo puede ser un empujón adelante” define con bastante exactitud los primeros años de carrera de Bowie, repleta búsquedas y rechazos.
Pero el primer golpe
que empezaría a convertir a David Jones en David Bowie no fue uno metafórico.
Fue una trompada bien real que le proporcionó en el ojo izquierdo su amigote,
el futuro diseñador George Underwood, mientras se peleaban por una chica. El
resultado del golpe fue una pupila dilatada y la pérdida permanente de pigmentación en el iris. Había
adquirido uno de sus rasgos físicos que lo caracterizarían el resto de su vida:
tenía los ojos de distinto color.
Pocos años después el
joven David salía al mundo adulto
teniendo como principal ambición ser famoso. Lo primero que hizo fue cambiar su
apellido a Bowie, porque ya había un David Jones famoso (el actor/músico de The
Monkees). El joven Jones tenía una formación musical en saxofón, por influencia de su madre fanática de John Coltrane. Su admiración por músicos como Little
Richard y Vince Taylor lo acercaron al rock and roll y siendo adolescente llegó
a formar algunas bandas beat inspiradas en The Rolling Stones y The Who, como
The King Bees con quienes grabó un simple a pesar de haber sido rechazado por
importantes productores de la época, como Joe Meek.
"Cuando lo escuché por primera vez pensé que estaba escuchando a Dios" dijo Bowie de Little Richard |
Después de los primeros
fracasos en el mundo musical se interesó en la actuación, formándose en
diferentes estilos –desde mimo hasta teatro kabuki- participando en obras de
teatro avantgarde, cortos experimentales, publicidades e incluso presentándose
como número previo en los recitales de la banda que lideraba su amigo Marc
Bolan, que por entonces era un dúo acústico y todavía se llamaba Tyrannosaurus Rex. Pero nada de eso terminaba de llenarlo, eran solo actividades secundaria para lo
que realmente quería hacer arriba del escenario: cantar.
Cuando retomó la música
su primer paso fue sacar The Laughin Gnome, un simple para chicos en el que cantaba con la voz acelerada, pero no le fue muy bien. A pesar de eso,
pocas semanas después vio la luz David Bowie su LP debut. Entendido fuera de su contexto es un disco inexplicable,
que hasta el día de hoy es considerado por los fans algo así como el pariente
deforme que vive en el ático y del que preferimos no hablar mucho (el Hugo de
Bowie). Para buscarle un sentido
es necesario tener en cuenta que en 1967 el cantante estaba intentando alcanzar
el éxito como lo que los ingleses llaman un “light entertainer”, es decir un artista
de melodías sencillas, alegres y hasta graciosas que no te hacen pensar
demasiado.
El recibimiento del
disco no fue bueno y Bowie pasó a estar tras bambalinas por un tiempo. El
rechazó lo obligaba a reformularse, por eso pasó todo el ’68 repensándose a su
música y a sí mismo. En ese periodo se dedicó a escribir canciones que fueron
grabadas por otros artistas y comenzó a acercarse cada vez más a la música
folk.
En 1969 grabó lo que
sería su primer gran hit Space Oddity,
una balada folk psicodélica con una letra atrapante: el dialogo final entre un
astronauta que está perdiéndose en el espacio y el control de la misión en la
tierra. Con gran olfato comercial el simple fue lanzado cinco días después del
despegue del Apolo 11, en plena fiebre espacial. Unos meses después llegó el
larga duración, que tuvo un gran impulso gracias al éxito del tema que le daba
nombre. Bowie había encontrado lo que
buscaba, pero como dijimos al principio la primera parte de su carrera estaba
construida a patadas y no iban a tardar en llegar más.
Escuchá con atención como están armados los coros de Oh! You Pretty Things.
Por eso Visconti es tan groso.
Durante ese año conoció
a dos de las personas más importantes en su vida. Una fue Angela Barnett, su
primera esposa y una fuerte influencia en su carrera. La otra fue Tony
Visconti, EL productor de Bowie
–lugar que solo le pudo disputar en pocas ocasiones Brian Eno- y uno de los artífices detrás del sonido Glam
Rock inglés. Para trabajar en su siguiente disco decidió armar una banda
estable y reclutó a los músicos que años después serían The Spiders from Mars. El resultado fue The man who sold the wolrd, un disco alejado del folk y mucho más
cercano al rock pesado, que desorientó a los que esperaban una continuación de Space Oddity. Lo que más se comentó en
la época de ese álbum fue la portada, en la que Bowie salía con el pelo largo hasta
los hombros y usando un vestido de mujer. Lejos de no hacerse cargo, a los
pocos días declaró desafiante en una entrevista que era gay, aunque por ese
entonces ya estaba casado y acababa de nacer su hijo. Pero a pesar de haber
empujado al límite su imagen y la tolerancia de la pacata sociedad inglesa, The man… no pudo repetir el éxito de su
antecesor.
Esta portada fue tan polémica en su tiempo que hasta John Lennon la criticó. |
Lejos de desmotivarse,
Bowie comenzó rápidamente a trabajar en lo que sería su próximo disco, sumando
a su banda al animal de Rick Wakeman en su etapa pre Yes, lo que justifica que su siguiente disco tuviese una presencia del piano mucho mayor. Hunky
Dory es en mi opinión, una de las obras maestras de David Bowie. En ella
volcó todas sus influencias de los primeros años, que incluían cosas como
Velvet Underground, Rolling Stones, Bob Dylan y The Kinks, todo pasado por el
filtro de sensibilidad pop de Bowie, que cada vez se afianzaba más como un gran
compositor de canciones.
En este disco también pudo saldar una vieja cuenta, que se remontaba a la época previa a Space Oddity. Una discográfica para la
que había venía trabajando regularmente como compositor le encargó la adaptación del
hit francés Comme d’habitude (“Como siempre”), una canción que hablaba de un matrimonio desgastado por la
rutina, una temática a la que no le veían atractivo comercial. Bowie trabajó en la letra en inglés durante un tiempo y finalmente
envío al sello su versión titulada Even a
fool learns to love. La canción parece que no convenció a los ejecutivos y
el asunto quedó en la nebulosa. Lo que nadie sabía es que otro compositor, un
tal Paul Anka, también había hecho un acuerdo con la discográfica francesa para
hacer una versión en inglés del tema. Paul Anka presentó su versión a Frank
Sinatra y éste acepto grabarla. El título de la canción era My Way.
El enorme éxito y el gusto amargo de la oportunidad perdida le
dejo la sangre en el ojo a Bowie, que se prometió a si mismo que un día iba a
componer y grabar una canción del mismo estilo, pero que sería todavía mejor. El
día llegó mientras trabajaba en Hunky
Dory. El rechazo y la frustración de Bowie se convirtieron en Life on Mars?, que si no es la mejor
canción de su carrera debe andar cerca. El disco estaba repleto también de
futuros clásicos como Changes, Oh! You Pretty Things y Queen Bitch. La
portada una vez más daría que hablar. Mostraba a Bowie llevando su imagen
andrógina todavía más lejos, en una postura casi angelical, con su cutis rosado
y su mirada al cielo, mientras acaricia su pelo dorado.
David Bowie con Mick Ronson. El primero del listado de grandes guitarristas que reclutaría a lo largo de su carrera. |
A pesar de que fue
recibido con críticas positivas y tuvo ventas aceptables, el disco no fue
considerado un éxito, en parte porque no logró colocar ningún simple en los
rankigs ingleses.
La masividad le daba la
espalda una vez más. Esto obligaría a Bowie a pensar detenidamente su próxima reinvención.
E iba a ser una que cambiaría la historia de la música para siempre.
Sigue en Dios Ha Muerto Parte II: El Ascenso y Caída de la Fórmula del Éxito
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FIRMA: Alcalde Goldie Wilson
(me gusta ese título)
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