En realidad no sé si llegué a pensar que esta peli iba a ser mala. Creo que más bien no la había llegado a pensar y no por algo en particular, sino que se me pasó de largo el estreno. Pero de golpe llegó a Netflix, más de una persona me dijo que le había parecido interesante. Entonces me generó curiosidad y la miré. Debo decir que no tenía ningún indicio al momento de verla, no sabía de qué trataba, ni quienes actuaban, más allá de la protagonista (Luisana Lopilato). Lo único que tenía por sabido era que estaba basada en la novela “Cornelia” de Florencia Etcheves, que siendo honesto, tampoco me decía nada ya que no tenía conocimiento de que escribía. Como se habrán dado cuenta hay muchas cosas que no sé.

En al año 2003, un grupo de chicas de 14 años de un colegio de Buenos Aires, van a la Patagonia en un viaje de estudios. En este proceso, Cornelia desaparece, dejando como único rastro una cadena que compartía con Pipa (Luisana Lopilato) quien era su mejor  amiga. El tiempo pasó y nos encontramos con el personaje de Lopilato en su versión adulta. Ahora es inspectora de la policía federal y trabaja en la división que se encarga de investigar redes de trata de personas. Su historia personal provoca que se involucre con cada caso, tomando acciones que pueden resultar peligrosas para ella pero avanzando hasta alcanzar sus objetivos.

Luego de ser invitada a una misa por los 14 años de la desaparición de Cornelia, recibe la visita de la madre de la chica desaparecida. La madre le pide que investigue el caso, que lo vuelva a abrir ya que en el pasado no se había alcanzado ninguna conclusión. Pipa, que nunca pudo superar el caso, decide iniciar una investigación por su cuenta. Esto provoca que se vea envuelta en una situación muy peligrosa ya que la red de trata involucrada es pesada.

La investigación la lleva a volver sobre sus pasos de adolescente, a investigar la misteriosa persona que interpreta Amaia Salamanca, a darse cuenta que no todas las cosas de su vida eran como ella creía.

Dejo el trailer por aquí...

Lo bueno

Lo fundamental es bueno, la historia está buena y toca una problemática que es importante a nivel mundial. Es realmente algo terrible que haya gente tan hija de puta como para dedicarse a la trata de personas.

La fotografía también es un punto a destacar, la forma en que están retratados los paisajes del sur argentino es siempre algo que se agradece ver. También hay partes que fueron realizadas en España.

La narración me pareció interesante. Se logra mantener una mezcla entre acción y la tensión que debe tener toda película policial que pretenda no ser una porquería.

Las actuaciones son un tema que habría que discutir y voy a hablar un poco sobre cuáles me parecieron mejores, las otras van a quedar para el apartado de “Lo malo”. Empecemos por hablar un poco de la protagonista. Considero que la interpretación de Luisana Lopilato está bien lograda. Le encontró cierta vuelta al personaje y realizó un buen trabajo desde lo corporal y desde su comportamiento. No digo que sea un 10, pero se nota que hay un crecimiento. Ya en su papel de la película del año pasado, Los que aman odian, se vio otra faceta, abriéndose paso a nuevos tipos de personajes, más desafiantes. Así que a sacarse los prejuicios.

Otro de los personajes relevantes de la historia es el de la actriz española, Amaia Salamanca. Aquellos que hemos caído en las redes de las series españolas ya la teníamos vista dado que participó en la serie Gran Hotel, también les puede sonar de la película Atraco, donde interpretaba a una enfermera. Es buena actriz y punto, como cada papel donde la vi, en este también estuvo bien.

Me llevé una grata sorpresa con la participación, breve, de Oriana Sabatini. Juega el papel de una drogadicta que la mueve con la informática y le busca información por fuera de la ley a Pipa. Está claro que este tipo de personajes son siempre bienvenidos en los policiales. Otro actor que la viene moviendo en el último tiempo es Nicolás Furtado, que se hizo bastante reconocido con su papel de Diosito en El Marginal. Acá se pone en la piel de un policía compañero de Lopilato. El personaje es un poco raro, pero resulta ser noble.

Lo malo

No hay tantas cosas que sean notoriamente malas pero si algunos comentarios. La actuación más floja por mucho es la de Rafael Spregelburd. No está nada logardo su papel de comisario de la policía. Tanto a nivel interpretación, en su forma de hablar y de comportarse, como en lo corporal. Hay escenas donde sostiene armas que parece cualquier cosa menos alguien que sabe hacer eso.

En internet leí algún comentario que me causo gracia en relación a la comisaría. Que no era real o que dónde había una comisaría así. No sé, si bien puede hacer ruido no cambia nada de la historia, tampoco hay que ser tan hincha bolas.

El fin

La historia se termina resolviendo. Presenta algunos giros que nos vemos venir y otros que nos toman por sorpresa, lo que siempre suma. El cierre es correcto, no tiene nada destacable pero tampoco está mal. Los lugares comunes de policial se agradecen, cumplen su rol, nos dan el contexto que queremos.

Para ir concluyendo, considero que Perdida es una película que vale la pena mirar. También me parece que es de esas que es mejor mirar en casa, tirado en la cama y comiendo helado. No creo que sea una película por la que valga la pena ir al cine. Los invito a que la vean y me cuenten qué les parece, tiene más que merecido invertir una hora y cuarenta minutos de nuestro tiempo para disfrutarla.