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Dios Ha Muerto Parte V: El Sonido de una Década

10:44 a.m. santi varde 1 Comentarios Categoría : , ,



Después de pasar tres años en Berlín experimentando, Bowie decidió mudarse a New York para trabajar en su próximo disco. Al hablar de la carrera del músico, siempre se suele destacar la capital germana como una influencia vital, pero se deja de lado el papel fundamental que New York tendría en ésta nueva etapa. El propio Robert Fripp, que una vez más volvería a hacerse cargo de las guitarras, diría años después que la ciudad hizo que Bowie se tomara más en serio a sí mismo y a su música. Y la realidad es que si se lo tomó mucho más en serio. Después del caótico experimento de Lodger, Bowie se sentó con Visconti y le dijo que iba a cambiar de dirección: su plan era evolucionar, experimentar, pero cuidando hasta el más mínimo detalle de la composición musical y lírica. Ya no más inventar letras a último momento, ni sumar instrumentos y ruidos para ver donde los llevaba la canción, como habían estado haciendo en los últimos tres discos. Sus canciones iban a ser un todo armado y pensado desde el comienzo.

Una vez más, para el proyecto incorporó músicos de primer nivel cómo el ya mencionado Robert Fripp, Roy Bittan (pianista de la E Street Band) e incluso Pete Townshend de The Who. Pero, tal vez una de las incorporaciones que más marcaría el nuevo sonido fue Chuck Hammer, que grabaría las partes de guitarras procesadas a través de un sintetizador, trayendo a la mesa una nueva gama de sonidos.

En Agosto de 1980 el mundo tuvo la primer probada de la nueva dirección que había tomado Bowie con su música. Parado un poco sobre lo que había hecho en Berlín, pero reformulado en una dirección musical y unas letras mucho más directas, el primer single delineó lo que sería el sonido de los ‘80s para todo el mundo a solo nueve meses de empezada la década. Ashes to Ashes fue su intento de fusionar lo complejo con lo radiable (por no decir viable comercialmente hablando). Y lo logró con creces. La canción no solo fue número 1 en varios países, sino que además generó un enorme impacto en músicos y críticos de todas las latitudes, que entendieron enseguida que estaban escuchando el sonido del futuro.

Lo que probablemente más se recuerda de esta canción es su letra autorreferencial, que vuelve sobre el famoso “Major Tom de Space Oddity, para encontrarlo trasmitiendo mensajes a otro personaje - The Action Man- y re-imaginarlo como un drogadicto. Lo segundo que más se recuerda fue uno de los golpes maestros que ayudaron a que la canción alcance el éxito: su videoclip. Con un Bowie disfrazado de Pierrot -otra auto-referencia, esta vez a su pasado de mimo- y una colección de personajes extraños moviéndose por un paisaje costero, el video fue en su momento el más caro jamás hecho y caería como anillo en el dedo de la cadena próxima a lanzarse MTV, que se cansaría de pasarlo durante 1981.



Al mes siguiente, saldría el larga duración Scary Monsters... And Super Creeps. Tal vez el disco más enérgico de Bowie en años, arranca con la demoledora It’s No Game (Part 1) con la voz de la actriz Michi Hirota hablando en japonés y Bowie cantando a todo pulmón. Sin embargo, lo que más se destaca es la guitarra de Fripp que no para de meter arreglos ni un segundo (de hecho se puede escuchar en el final a Bowie gritando que se calle). Esto fue la respuesta al pedido del cantante, que le había dicho a Fripp que tenía que sonar como si tuviera que ganarle un duelo de guitarras a B.B. King siendo más B.B. King todavía que el propio blusero. La guitarra de Fripp destaca también en la propia Scary Monsters (and Super Creeps) y en Teenage Wildlife, una canción que criticaba a los músicos new wave por su falta de originalidad. Pete Townshend, mientras tanto, le daría su estilo característico a las guitarras de Because You’re Young.

Otro de los grandes hits del disco fue Fashion. Lanzado como simple el mismo día que el disco, la canción fue grabada en el último minuto, porque hasta ese momento Bowie no había encontrado una letra que lo convenciese. La canción, que por su estribillo puede parecer más inocente, traza una analogía entre la moda y el fascismo, dos cosas que habían tocado al músico de cerca en años pasados.

Scary Monsters... fue un éxito comercial y unánimemente aclamado por todo el universo musical. Muchos críticos sostienen al día de hoy que este fue el último gran disco de David Bowie contra el que se siguieron comparando todos sus trabajos posteriores. De hecho, es común leer en críticas de discos siguientes referencias como “su mejor disco desde Scary Monsters...”. Así cómo Ziggy Stardust lo había puesto a la cabeza de la moda Glam casi diez años antes, éste nuevo disco lo convertiría en abanderado de los llamados New Romantics, estilo del que destacarían más tarde artistas cómo Duran Duran y Culture Club.

Con el disco en el mercado, Bowie paso el resto de 1980 en Broadway, como protagonista principal en la producción del musical Elephant Man, recibiendo también buenas críticas y ganándose la atención de varios directores de cine.
Is There Life After Marriage? fue una de las  canciones que quedó fuera de Scary Monsters
El titulo era una clara referencia a su divorcio de Angela, que se había hecho efectivo a comienzos de 1980

En 1981 fue invitado por Freddie Mercury para grabar parte de los coros de Cool Cat, una canción que el cantante de Queen había compuesto para lo que sería el próximo disco de su banda. Bowie aceptó y fue al estudio del grupo en Montreux, pero no solo grabó los coros, sino que se se quedó a improvisar un poco, mientras la banda trataba darle forma a Feels Like, una canción que había escrito el baterista Roger Taylor. Con Bowie en el equipo, comenzaron a cambiar cosas drásticamente y mientras Freddie trabajaba la melodía de voz, Bowie se puso a escribir una nueva letra.

Fue allí cuando John Deacon comenzó a jugar con un riff muy sencillo de bajo, de apenas dos notas, que a todos les pareció que podía funcionar. El problema fue que, después de parar un para comer, Deacon se olvidó la línea de bajo. De lo que pasó después hay muchas versiones diferentes. Según Roger Taylor, él recordó el riff que había escrito el bajista y de allí siguieron; según Brian May, fue Bowie quién recordó el riff, pero no exactamente como lo había escrito Deacon, sino que le quitó una nota, dándole la forma que todos conocemos. Según John Deacon el riff fue escrito por David Bowie; y según Bowie él no tuvo nada que ver, porque el riff ya estaba escrito cuando se unió a la improvisación. Pero más allá de las polémicas -y la mala memoria de los músicos ingleses- lo importante es que el arreglo de bajo volvió y la canción se terminó de construir. El resultado final es probablemente una de los duetos más increíbles de la historia del rock, mire por donde se lo mire.

Under Pressure fue número 1 en Inglaterra y es hasta hoy una reflexión vigente sobre los malestares de la sociedad moderna y, por qué no, un gran himno al amor. La canción ayudó a acrecentar el resurgimiento pop de Bowie y marcó un punto alto - tal vez el único-  en el disco Hot Space de Queen, que entraba en la nueva década con un tropezón del que tardaría cinco años en recuperarse del todo.

Si seguís buscando los coros en Cool Cat, olvidate.
Después de escuchcar la versión terminada Bowie pidió a Brian May que lo saqué, porque no estaba conforme con su performance.
Durante 1982 Bowie complementaria sus giras con la grabación de dos películas, que verían la luz al año siguiente con poco tiempo de diferencia. La primera sería The Hunger, conocida también como El Ansia. La película dirigida por Tony Scott -el hermano de Ridley- cuenta una especie de triángulo amoroso entre una vampiresa con miles de años de edad (Catherine Deneuve), su amante (un vampiro moribundo interpretado por Bowie) y una mujer humana que es seducida por la vampiresa (Susan Sarandon). En ella Bowie protagoniza junto a una niña de 10 años lo que probablemente sea la escena más tensa del film.

La segunda película fue Merry Christmas, Mr. Lawrence, dirigida por el nipón Nagisa Oshima. La película gira en torno unos prisioneros de la Segunda Guerra Mundial en un campo militar y a los soldados que lo dirigen. Hasta el día de hoy es considerada una de las actuaciones más sinceras de Bowie y basta ver la escena en que su personaje le da un beso a un oficial japonés para evitar una ejecución para entender por qué.

Ese año el músico decidiría tomarse unas vacaciones tranquilas, algo raro para un adicto al trabajo como él. Por su puesto, a los pocos días ya se había aburrido, así que pasó gran parte del tiempo escuchando discos de tipos como James Brown, Buddy Guy y Albert King. Después de un tiempo empezó a pensar por qué estaba escuchando esos discos. La conclusión fue sencilla, los escuchaba porque eran discos alegres, divertidos, optimistas y ese era el sonido que quería emular en su próximo disco.

Pero no solo quería hacer algo divertido, sino que Bowie estaba decidido a sacar un disco con éxitos. Para eso fue a buscar al Nile Rodgers, el guitarrista y miembro de la banda disco Chic. Según contó Rodgers después, lo primero que hizo Bowie fue darle una foto de Littlel Richard en un traje rojo manejando un Cadillac rojo y le explicó que ese era el sonido que quería para su disco. Lo segundo que dijo fue que quería hits. Y Rodgers lo entendió. Por eso, cuando Bowie le mostró el primer demo de la canción Let’s Dance, en una versión acústica con un sonido muy folk, Rodgers no dudó en destrozársela, diciendo que si iba a escribir una canción llama “bailemos” tenía que ser algo que den ganas de bailar y no eso que acababa de oír. Y de esa forma quedó establecido casi inmediatamente el sistema de trabajo que tendría el disco: Bowie traería las canciones y se sentirían a cambiarlas con su nuevo productor.

Nile Rodgers produjo Let's Dance de Bowie, Like a Virgin de Madonna,
She's the Boss de Jagger y Original Sins de INXS entre otros.
Si hay un sonido ochentoso, este señor es uno de sus principales responsables.

El inconveniente fue que tan enfrascado estaba en su nuevo proyecto, que olvidó que ya tenía a Tony Visconti comprometido y con su agenda reservada para trabajar en Let’s Dance. Finalmente, Visconti  se enteró por la asistente del músico que Bowie estaba grabando con otro productor desde hacía varios días. Después de éste desencuentro Visconti y Bowie no volvieron a trabajar juntos por casi 20 años.

El otro colaborador habitual que se quedaría fuera del disco seria Carlos Alomar, que fue avisado del inicio de las sesiones con poco tiempo de anticipación y ya tenía su agenda ocupada. Decidieron entonces que Rodgers se haría cargo de las guitarras rítmicas, pero seguían necesitando a alguien que se hiciese cargo de los solos. Para eso Bowie rastreó a un joven guitarrista que había visto en el festival de jazz de Montreux el año anterior. Era un chico texano de 28 años llamado Stevie Ray Vaughan.

Cuando incorporaron la pieza faltante, entraron al estudio. A pesar de que el proceso de readaptar las canciones en un comienzo podía parecer difícil, la realidad es que en 17 días el disco estaba terminado. Un mes antes de su salida se editó como simple la canción que le daba título, una vez más con su correspondiente videoclip, que fue un éxito en MTV. Esto ayudó a preparar el camino para el larga duración, que saldría en Abril de 1983. La apertura del disco quedaría a cargo de otro de los hits, Modern Love, una canción que según Bowie se inspiró en Little Richard, aunque sus dichos sobre Dios y la iglesia probablemente no le deben haber caído muy bien a la híper-religiosa estrella de rock. Otro de los éxitos fue su propia versión de China Girl, la canción que habían escrito junto a Iggy Pop y  que éste ya había registrado  en The Idiot. Una vez más el formato videoclip tuvo un peso enorme, no solo a la hora de promocionar la canción, sino también para convertir a Bowie en un “artista de video” cada vez más destacado.

En la segunda cara, tal vez esté la única canción que traza un punto de contacto con el sonido más rockero de Scary Monsters... Cat People (Putting Out Fire) había sido compuesta por Bowie un año antes para la película Cat People, una remake del clásico de terror de la década del ‘40. A pesar de que ya había sido editada como simple, Bowie insistió en incluirla en su nuevo álbum.


Con Let’s Dance Bowie abandonó del todo las reminiscencias de Berlín y volvió a centrarse en el estilo más funk y disco de sus épocas de Young Americans, pero con un sonido actualizado a la nueva década y mucho más bailable. El resultado fue un éxito monumental que con casi 11 millones de copias se convertiría en el disco más vendido de su carrera. La gira de presentación, Serious Moonlight Tour, fue también un éxito absoluto y consolidó su nuevo status de estrella pop de estadios. 

A pesar de su insistencia con la idea de “hacer hits”, Bowie diría más tarde que ni él se esperaba que el disco tuviese tanto éxito. Al igual que le había pasado una década atrás con Ziggy Stardust, volvía a estar en la cima, solo que esta era una cima mucho más alta de lo que se podría haber imaginado. Y fue entonces cuando hizo algo que nunca antes había hecho en su carrera: intentó quedarse donde estaba. 

Pero pronto descubriría que no cambiar es mucho más difícil y riesgoso de lo que parece.  



FIRMA: Alcalde Goldie Wilson
 (Voy a limpiar esta ciudad!)


1 comentarios

  1. grosoooooooooooooooo!!!!!

    -bowie esta vivo!
    - en tu imaginación...
    -no! lo vi en la calle
    - una calle de tu imaginación.

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