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Se pudrió todo, todito

4:09 p.m. Webby 0 Comentarios Categoría :


Estar en una banda y vivir de eso debe ser muy divertido, es algo que todo fanático de la música seguramente soñó en algún momento. Escribir y grabar discos, hacer shows por todo el mundo, es genial, ¿no? Suena como el trabajo más copado que pueda existir y en muchos casos debe ser así, pero también hay que tener en cuenta todo lo que pasa en el detrás de escena con sus miembros que no siempre se llevan del todo bien y eso empieza a tener un efecto negativo en el grupo, y es allí por donde vamos a apuntar este post. Utilizando como disparador el reciente conflicto que salió a luz entre los miembros de Ghost, vamos a repasar un poco peleas y bardos que se dieron entre integrantes de agrupaciones famosas y sus consecuencias...

Como ya dije más arriba, vamos a empezar por el caso de Ghost. Primero quiero comentar que con esta banda tengo una relación bastante extraña. Al principio no me gustaba, era como que pensaba "¿y esto qué es?", pero por alguna razón volvía a poner algún tema de vez en cuando, hasta ese día en que hice el click ese que pasa a veces(?) y desde ese momento no pude parar de escucharlos, y se convirtió en una de mis bandas predilectas. Cosas raras de la vida, ¿no?

En fin, como deben saber los que conocen a Ghost, sus identidades jamás fueron reveladas y esconden sus rostros detrás de máscaras, los músicos bajo el nombre de Nameless Ghouls, sirvientes del líder, el único con identidad propia: Papa Emeritus, una especie de anti-papa. Obviamente toda la temática del grupo es claramente una versión satánica de la iglesia, en forma de sátira.

El Papa Emeritus es la figura central de Ghost y va cambiando con cada nuevo ciclo (marcado por el lanzamiento de un álbum). Sin embargo es siempre el mismo cantante.
Siempre hubo rumores de quiénes eran estos tipos, pero nunca nada confirmado desde el grupo, que mantenía como sea esa mística del anonimato, al punto de nunca anunciar cambios de miembros ni nada por el estilo. El quilombo empezó el año pasado, cuando uno de los guitarristas originales, conocido como Omega (por el símbolo que llevaba en su traje) abandonó repentinamente. Las especulaciones fueron muchas pero nada concreto y desde el grupo nunca dieron una explicación, como siempre.

En diciembre de 2016 empezó a dar vueltas por internet que Papa Emeritus (quien se creía era un músico sueco llamado Tobias Forge) había echado a todos los Nameless Ghouls y empezaría la nueva gira con todos músicos contratados. Unos meses después, Omega subió un video a Youtube revelando su identidad y confirmando que Tobias Forge es el Papa Emeritus, y si bien no contó las razones de su alejamiento, no parecía muy positivo al respecto. A finales de marzo empezó el tour de Ghost y los rumeros se hicieron verdad: todos los músicos eran nuevos. Y entonces se pudrió todo, todito.

Papa Emeritus II y sus Nameless Ghouls.

Entonces el otro guitarrista original del grupo, Alpha, compartió un comunicado en Facebook detallando que él y otros tres exintegrantes le iniciaron una demanda a Tobias Forge porque consideran que básicamente los cagó, haciéndose el dolobu con la guita, y lo intiman a presentar los papeles indicando ingresos y egresos del grupo entre los años 2011 y 2016, años que conformaron el meteórico ascenso de Ghost, con premio Grammy incluído. Parece que Forge, a quién habían puesto a cargo de las finanzas de la banda, se estaba quedando con algún que otro vuelto, mientras al resto les decía que Ghost no estaba teniendo ganancias y por eso la plata no aparecía. En ese comunicado Alpha reveló su identidad y la de los otros demandantes. La cosa es que tanto Alpha como Omega, junto a Tobias Forge, habían formado un montón de grupos previamente a empezar con Ghost, y habían depositado plena confianza en su amigo para que maneje toda la parte financiera, ya que suponían que no iba a pasar nada malo, ¿no?

Por ahora más novedades sobre la demanda no hay. Tobias Forge y los nuevos miembros están girando (el 8 de mayo tocan en Vorterix), Omega volvió con una vieja banda que tenían entre los tres: Magna Carta Cartel, y del resto no se sabe más nada. Pero ya todas las identidades fueron reveladas de la peor manera y con eso se fue ese misterio que tenía el grupo...

Hablando de grupos con un meteórico ascenso, tenemos que mencionar los maestros del swamp rock: Creedence Clearwater Revival, agrupación que tuvo una cortísima pero impresionante carrera de tan sólo cinco años. Y es que Creedence tampoco zafó de quilombos entre sus miembros, y de hecho fue la razón de su final.

Es indudable que John Fogerty es uno de los rockeros más grosos de todos los tiempos y dueño de un talento impresionante, negar eso es una necedad, y es también sabido que era el alma detrás de los temas de Creedence, ya que hasta el último disco había compuesto básicamente todo. Y ese fue el gran problema.

Los años dorados de CCR: John Fogerty, Doug Clifford, Tom Fogerty y Stu Cook.

El asunto empezó durante las sesiones de grabación de Cosmo's Factory (1970), cuando las relaciones entre los integrantes empezó a decaer, producto de la inclemente agenda de shows, ensayos y grabaciones. John Fogerty cumplía prácticamente todos los roles dentro de la banda, tanto artística como financieramente, lo que molestaba a los otros tres, que querían más participación y que el grupo se maneje de forma más democrática.

Tan solo cinco meses después era editado el siguiente trabajo, Pendulum (1970), y la olla ya estaba a punto de explotar. Tom Fogerty, guitarrista rítmico y hermano mayor de John, tenía los huevos tan inflados de su hermano que decidió finalmente dar un portazo y abandonar el grupo. El resto decidió continuar como trío, sin reemplazante.

En una movida extraña y polémica, tal vez cansado de tantas responsabilidades, John Fogerty les dio un ultimatum a sus dos compañeros (Stu Cook y Doug Clifford): a partir de ese instante Creedence Clearwater Revival iba a funcionar como una unidad democrática, en la cual ellos debían componer sus canciones y ponerles su propia voz, mientras John sólo iba a grabarles guitarra rítmica. A pesar de que es algo que siempre Cook y Clifford buscaron, originalmente se negaron, pero ante la insistencia de Fogerty, finalmente aceptaron el trato.

Con esta nueva forma de trabajo salió a la venta el último disco de Creedence: Mardi Gras (1972), con tres temas de Clifford, tres de Cook, tres de Fogerty más un cover. Si bien el disco vendió muchísimo, fue un rotundo fracaso entre la crítica, y los únicos tracks que se salvaron fueron, justamente, los compuestos por Fogerty (y el cover). Obviamente esta movida no calmó nada, sino que fue todo lo contrario: unos meses después Creedence Clearwater Revival dejó de existir.

Una foto HORRIBLE de la última etapa del grupo.
Stu y Doug, quienes quedaron como buenos amigos y siguen tocando juntos en Creedence Clearwater Revisited, dicen que toda esa movida fue un plan maestro de John para llevar a la banda a su fin. John Fogerty, en cambio, comentó en una entrevista 25 años después que él había hecho todo desde el principio: componía, grababa, cantaba, hacía los coros, producía y mezclaba los discos, etc. y que los otros simplemente iban a grabar sus partes y se iban, y sus pocas contribuciones eran horribles. Según sus propias palabras, Creedence era una bomba que finalmente les explotó en la cara a todos. La idea de que Cook y Clifford participaran en la creación de Mardi Gras se dice que fue una especie de venganza de parte de Fogerty, como diciendo "¿ven qué disco de mierda que sacamos si ustedes contribuyen?"

John Fogerty jamás volvió a tocar con sus excompañeros excepto en 1980 en el casamiento de su hermano Tom, cuando subieron al escenario a hacer un par de temas. Y de hecho desde la separación del grupo hasta 1987, John no había tocado ni una nota de Creedence en sus shows, por decisión propia. Como curiosidad, el disco solista de Tom Fogerty editado en 1974, Zephyr National, contaba con la participación de todos los otros miembros de Creedence como sesionistas, aunque obviamente ni se cruzaron en el estudio.

Actualmente John Fogerty sigue siendo una hiper mega estrella y es dueño de una muy prolífica y exitosa carrera solista. mientras que Stu Cook y Doug Clifford siguen haciendo tributo a John Fogerty con la mencionada Creedence Clearwater Revisited. Tom Fogerty falleció en septiembre de 1990 a causa de complicaciones producto del SIDA, que contrajo en una transfusión de sangre para una cirugía de espalda.

Y finalmente, para terminar este post, no podemos obviar una de las peleas más históricas que dio la música: Roger Waters vs. Pink Floyd.

Corría la segunda mitad de los años 70 y Pink Floyd dominaba el mundo con una seguidilla de glorias máximas como Dark Side of the Moon (1973), Wish You Were Here (1975) y Animals (1977). Tapados de quilombos financieros, Roger Waters le presentó al resto un par de ideas para el próximo disco. La elegida fue una que trataba acerca de un muro... estoy hablando, por supuesto, de The Wall.

¿Gilmour Nazi?

La producción fue básicamente una zona de guerra. Los egos de Waters y Gilmour estaban en confrontación constante, Nick Mason servía como sentido común y razonamiento cuando se lo necesitaba y Rick Wright se rascaba los huevos. Waters, el ideólogo detrás del concepto del disco, que hacía una referencia sumamente personal a su vida, tomó el control absoluto del proyecto, con la colaboración del productor Bob Ezrin.

Ezrin estaba teniendo serios problemas en su matrimonio por lo que su estado emocional no se encontraba del todo alineado, y eso se traducía en su participación, ya que solía llegar tarde y tener un comportamiento errático, algo que enojaba demasiado a Waters, que mantenía un estricto control de horarios. ¿Cómo reaccionaba Waters? Dejando carteles por todo el estudio a Ezrin que hacían referencia al sueldo del productor, bastante menor que el del resto del grupo. Una jodita inocente, ¿no?

Bob Ezrin y James Guthrie, el otro productor, empezaron a funcionar como una especie de nexo entre los miembros, que cada vez tenían menos ganas de verse las caras. Por un lado grababan las partes de batería de Mason, luego durante el día trabajaban con Waters y Gilmour, y a la noche con Wright, a quien ya nadie bancaba.



Más y más peleas que se desataron durante este proceso, no sólo por lo arduo del trabajo sino por las tensiones crecientes y la presión que tenían sobre sus hombros: la banda necesitaba sí o sí que este disco haga plata, porque sino iban a estar muy complicados. Todos estaban claramente desgastados física y emocionalmente. Finalmente Roger le mandó un ultimatum a Rick Wright, re caliente por la pocas ganas del tecladista en contribuir (estaba en pleno divorcio y empezando a adentrase en una depresión, razones tal vez lógicas para estar un poco desconectado, ¿no?): "si Wright no se va del grupo, yo no saco The Wall", fue lo que dijo el siempre amoroso Waters. Wright finalmente aceptó dejar el grupo, aunque después fue contratado como sesionista para el tour.

El tour por The Wall fue de una producción enorme, nunca antes vista y, a pesar de ser sumamente exitoso, debido a sus altos costos la gira prácticamente no dio ganancias. De hecho, y curiosamente, el único que ganó plata fue Rick Wright, ya que recibía sueldo como músico contratado. Así mismo, Roger Waters cada vez se separaba más de sus compañeros. Iba a los shows por sus propios medios y se hospedaba en otros hoteles.

Richard Wright: el único que ganó guita con el The Wall Tour.

Waters, ya convertido en el líder de facto de Pink Floyd, se dispuso a empezar lo que sería el próximo disco. La idea originalmente era hacer una especie de banda de acompañamiento de la película de The Wall. Sin embargo, la reciente Guerra de Malvinas, le dio un nuevo giro a las ideas de Waters y empezó a trabajar en material original.

The Final Cut, el resultado de esto, fue básicamente un disco solista de Waters. Wright no estaba más en la banda, Mason sólo iba a grabar y la relación entre Waters y Gilmour estaba en su punto más bajo, terminando finalmente cada uno yendo al estudio en momentos diferentes para no cruzarse, con los productores Michael Kamen y James Guthrie funcionando como mediadores entre ambos, y los pocos encuentros entre Roger y David en general terminaban con desmedida violencia verbal, por lo que Waters le sacó el crédito de productor a Gilmour (aunque igualmente le pagó), e intentó editar el disco directamente bajo su nombre, pero la discográfica no se lo permitió.

Siendo imposible un tour por The Final Cut, tanto Waters como Gilmour y Manson se dedicaron a sus respectivas carreras solistas durante un par de años. Para 1985 Waters lanzaba un comunicado indicando que Pink Floyd no iba a volver a juntarse. Luego de una serie de conflictos legales bastante confusos en los que Waters intentaba quitarle todos los derechos del grupo a sus excompañeros y que no pudieran volver a usar el nombre, David Gilmour fue claro y la justicia también: Pink Floyd va a seguir sin Roger Waters. Casi tres décadas después Waters reconoció que lo que quiso hacer fue un grave error y que fue él el que siempre estuvo equivocado.

Waters siguió con su carrera solista, editando discos muy exitosos, en general de alto contenido político y anti-guerra, mientras que Pink Floyd continúo primero como duo con Gilmour y Mason y luego con Wright nuevamente como miembro permanente.

Luego de dos décadas años de muy marcada enemistad pública, los cuatro miembros se reunieron para un hermoso show en el festival Live 8, en 2005. Pero a pesar de todas las especulaciones y de no se cuántos millones de dólares se decía que podía haber en el medio, el grupo nunca se reunió oficialmente. Rick Wright falleció de cáncer en 2008, mientras que Waters y Gilmour, ya dos viejos sabios, parecen haber limado esas asperezas de años y se juntaron un par de veces a tocar... ¿Los veremos alguna vez en un show en conjunto? Solo queda soñar...

02 de julio de 2005, Live 8, Londres. La última de todas.

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