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La filmografía de mi vida Vol. IV: La historia sin fin

11:04 p.m. Unknown 0 Comentarios Categoría :


Dado que mi palabra no vale nada, o que a veces vale la pena patear el tablero y romper con las estructuras que nosotros mismos planteamos (bue… parece que nacho estuvo  mirando mucho Merlí), me permito alterar el orden que había propuesto en un principio para este listado. La película que ocupa el cuarto lugar en la filmografía de mi vida es un clásico que fue gestado en la década del 80 por el director Wolfgang Petersen, basado en la novela homónima de Michael Ende.

La historia sin fin fue estrenada en el año 1984, se trata de una co-producción entre Alemania y Estados Unidos.  La película empieza con el pequeño Bastian, un chico que perdió hace poco a su mamá, como si eso no fuera suficiente sufre bullying por parte de algunos compañeros de escuela.  A consecuencia de esto, se esconde en una librería de camino a la escuela. Ahí descubre un libro bastante curioso y, digamos, lo toma prestado para satisfacer esa necesidad. Bastian empieza a leer y de a poco se va a adentrando en el universo fantástico que propone el libro. Valga la redundancia ese mundo se llama Fantasía, y como buen mundo tiene héroes, villanos y nubes grandes que se llaman “La nada” que se van comiendo todo en su camino. También hay perros gigantes que nos llevan a donde necesitamos volando y criaturas que representan el mal y son soldados de “La nada” (no, no son soldados del pingüino…).

Bastian y Falkor
El protagonista de este libro, titulado La historia sin fin, se llama Atreyu. Su misión es encontrar una cura para la enfermedad de la joven emperatriz. Durante su travesía cuenta con el auryn, un medallón que sirve de guía y le brinda protección. El auryn consta de dos serpientes entrelazadas. Este amuleto está basado en el Ouboros, un símbolo antiguo, que muestra a una serpiente o un dragón comiendo su propia cola. Su origen se encuentra en el antiguo Egipto. Entre sus significados yace el concepto de eternidad, como los ciclos se repiten y todo vuelve a comenzar.

El famoso auryn
Mientras nuestro protagonista busca la cura, “La nada” avanza. De esta manera se genera la necesidad de urgencia que propicia los elementos necesarios para una película hecha y derecha. En particular, Bastian va adquiriendo un rol cada vez más participativo en la historia. Y, aunque le cuesta comprenderlo, termina formando parte de la narración. Fantasía necesita de él para seguir viviendo, para salvar a su emperatriz, para frenar a “La nada”.

Atreyu también quería su foto con Falkor
En un momento determinado de la historia, Atreyu se enfrenta con Gmork, una criatura de aspecto similar a un lobo que está en el bando de los malos. En este momento, comprendemos que Fantasía representa la imaginación de la humanidad, mientras que “La nada” es la apatía y la rigidez que muchas personas suelen adoptar cuando alcanzan la adultez. Esta es una analogía bastante interesante y refuerza la idea de que la mejor forma de vivir la adultez es manteniendo el espíritu que se tiene cuando somos chicos. Es positivo mantener el sentido lúdico, la capacidad de asombro, la plasticidad del cambio y adaptación a nuevas situaciones.

Acá... Gmork filosofando antes de pudrirla
La historia sin fin tiene todo eso. Nos regala aventuras, nos sumerge en un mundo nuevo del cual somos parte, o podemos serlo si así lo queremos. Es un lugar donde se pueden conjugar nuestro yo adulto y niño. Por todo esto, resulta en una película que no tiene más opción que envejecer bien.  Cuando escribo esto, suelo pensar que todas las personas seguro vieron las películas que comento. Esto es erróneo pero me gusta pensar que leyendo esto, es un poco como si la hubieran visto. Capaz hasta te dan ganas de ir y hacerte una maratón con cada una de las enumeradas hasta ahora. En definitiva, por qué no…

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