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Las muchas vidas de Míster García: Sui Generis

8:59 p.m. Mala Prensa 0 Comentarios Categoría : , , , , ,


Cualquiera que siga desde hace varios años la continuidad de este blog merece un premio sabe que me gusta mucho el rock de acá, y que, entre los artistas más destacados de su vasta historia, Charly García ocupa un lugar especial. El músico nacido el 23 de octubre de 1951 siempre fue uno de mis predilectos y me acompaña con su música desde la más tierna infancia. Hay una versión de Charly para cada una de las etapas de mi vida. Y es probable que a muchos de sus fans les pase algo similar, dado que García ha sabido metamorfosearse con el tiempo, adaptándose a los distintos momentos musicales, sin perder nunca ese sello tan personal que siempre lo caracterizó. Hoy en Expreso les propongo comenzar un recorrido a través de la historia de Carlos Alberto García Moreno, a partir de sus discos, es decir, su obra. 

De su inicio en la música se han escrito incontables páginas, de su asistencia al conservatorio Thibaud Piazzini, de cómo se recibió de profesor de piano a los 12 años (algo no tan extraordinario en esa época), de cómo dejó la música clásica al escuchar a los Beatles por primera vez, del contacto que tuvo desde muy pequeño con grandes figuras del folklore gracias al trabajo de su madre, todas piezas importantes en el futuro de Charly. Sin embargo, mi intención es comenzar este relato un poco después. 

Corría el año 1969 cuando dos alumnos del Instituto Social Militar Dr. Dámaso Centeno cruzaron sus caminos por primera vez. Charly por ese entonces tocaba en To Walk Spanish y Nito Mestre en The Century Indignation. De la fusión de ambas bandas surge la primera encarnación de Sui Generis, integrada, además de por García (teclados y voz) y Mestre (flauta y voz), por Juan Belia en guitarra, Rolando Fortich en bajo y Alberto Rodriguez en batería. Sin embargo, en años venideros, la formación de Sui probó ser de lo más inestable, incluyendo a Mario Carlos Piégari, Alejandro Correa, Francisco Pratti, y varios más. Al momento de grabar su primer LP llegan en su clásica forma de dúo, luego de varias renuncias y deserciones. 


Hay un punto oscuro en cuanto a la fecha de publicación de la primera obra del grupo. Según está consignado oficialmente en ediciones posteriores, Vida, primer trabajo de Sui Generis, vio la luz en 1972, sin embargo, si se tiene en cuenta la reconstrucción de hechos realizada por Roque Di Pietro para su libo Esta noche toca Charly (2017), el año de publicación correcto sería 1973. Editado bajo el sello Talent Microfón (heredero de Mandioca) y con la producción de Jorge Álvarez y Billy Bond, al disco debut de la banda no podría haberle ido mejor, con buena recepción tanto del público como de la crítica. De su grabación participaron dos Manal: Claudio Gabis en guitarra y Alejandro Medina en bajo. 

Canción para mi muerte, tema que abre la placa y que fue editado en formato simple, fue el gran hit. Cuenta la leyenda que Charly lo escribió en pocos minutos, con mucho temor, estando bajo los efectos de ciertas pastillas que había ingerido para lograr dar por terminada su participación en el servicio militar. La canción, que habla claramente sobre la muerte, es lo suficientemente ambigua como para permitir interpretar que Charly (en ese momento acreditado como Charlie) le canta a una amante, algo que pegó fuerte en las adolescentes de la época, y les acercó un público hasta ese momento ajeno al rock. 


El disco, que exuda un claro aroma a folk rock, y tiene entre sus influencias a Simon and Garfunkel y Bob Dylan, aborda como pocos la problemática adolescente de la época, y García ya comienza a exhibir esa facilidad que siempre lo caracterizó para emitir radiografías certeras de la sociedad. Desde su primera obra, Charly ya nos regala hermosas canciones, como Dime quien me lo robó (una de mis favoritas), Mariel y el Capitán, Natalio Ruiz, el hombrecito del sombrero gris (en coautoría con Piégari), Amigo, vuelve a casa pronto, las breves Necesito y Estación, Quizás Porque, y Cuando comenzamos a nacer (otra de mis preferidas). 


Aparecido en agosto de 1973, Confesiones de invierno, el segundo larga duración del grupo, supuso un salto evolutivo importante. Si bien seguía siendo un disco de folk rock, García comenzó a incorporar elementos propios de otros estilos (en Vida ya lo había hecho en Toma dos blues, justamente un blues bastante clásico), coqueteando con el tango, el rock and roll y el rock progresivo. Este álbum tiene mayor calidad de composición tanto en el plano musical (con mejor sonido y arreglos más elaborados) como en las letras. Se nota en el sonido la transición que el dúo estaba experimentado hacia convertirse en un cuarteto. Cuenta con la participación de David Lebón en guitarra y bajo, Juan Rodríguez en batería, Rodolfo Mederos en bandoneón, Leon Gieco en armónica, y Alejandro Medina en bajo, entre otros. Al igual que su predecesor, fue editado por Talent Microfón con la producción de Jorge Álvarez y Billy Bond, y con Gustavo Beytelman a cargo de los arreglos y dirección orquestal. 


El tema que le da nombre a la placa es sin dudas uno de mis favoritos de todo el material de Sui, en solo 4 minutos y sin estribillo (al estilo Dylan) narra la historia de un joven que luego de ser abandonado por su amada, vive un periplo complicado, con elementos propios de la realidad de ese momento, que lo hacen terminar internado en un psiquiátrico. Cuando ya me empiece a quedar solo, es otro punto alto, con toques tangueros donde resalta el bandoneón de Mederos, y una letra en la que Charly se anima a pensar cómo será su vejez. Entre los más rockers podemos contar a Mr. Jones, y el hitazo inoxidable Rasguña las piedras. Otros temas destacables son Bienvenidos al tren, otro éxito que cuenta con la participación de Gieco en armónica, Aprendizaje, quizá la más cercana en estilo a su disco anterior, Lunes otra vez y sus toques folk, y dos canciones que permiten anticipar la marcada tendencia progresiva que tomará el ahora cuarteto, Un hada, un cisne, y Tribulaciones, lamento y ocaso de un tonto rey imaginario, o no, en la que Charly muestra su costado más político, pero desde una óptica original, la del rey que está siendo derrocado. 


El grupo seguía con su popularidad en ascenso, y su actividad en vivo era bastante prolífica. Charly y Nito estaban más ensamblados que nunca, y decidieron darle definitivamente forma de cuarteto al grupo con la incorporación de Rinaldo Rafanelli al bajo y Juan Rodríguez en batería (incorporando a David Lebón de manera estable en guitarra en los shows). Y con esta base grabarían su tercer y último LP de estudio, Pequeñas anécdotas sobre las instituciones (gran título), que aparecería en diciembre de 1974, en medio de un clima político complicado, Triple A mediante, que sin duda influyó en la composición de las canciones. 

Nuevamente editado por Talent Microfón y con la producción de Jorge Álvarez, Sui Generis termina de completar su transición hacia el rock progresivo, con composiciones de mayor complejidad. Charly aprovecha para estrenar varios equipos que había traído especialmente de EEUU, como el Mini Moog, el piano eléctrico Fender Rhodes y el sintetizador de cuerdas ARP string ensemble, que agregan matices y llevan al grupo a un sonido que nunca antes habían conseguido. Las letras, por su parte, reflejan el momento político y la hipocresía reinante en las distintas instituciones propias de la sociedad, hasta tal punto que muchas fueron víctimas de la censura y debieron ser modificadas. Botas locas y Juan Represión directamente tuvieron que ser descartadas y vieron la luz en reediciones posteriores. 


En el LP, además del cuarteto titular, participan Carlos Cutaia (Hammond), Leon Gieco (armónica), María Rosa Yorio en coros (pareja de Charly), David Lebón (guitarra), Oscar Moro (bateria), Jorge Pinchevsky (violín) y Billy Bond (coros), realmente artistas importantes de nuestro rock. Entre los grandes temas que componen el disco destacan Instituciones, El show de los muertos, Las increíbles aventuras del Sr. Tijeras, Pequeñas delicias de la vida conyugal, El tuerto y los ciegos, Música de fondo para cualquier fiesta animada y Para quién canto yo entonces. El matrimonio, la censura, el ejército, la justicia, la vida en sociedad, son algunos de las temáticas que conforman este disco (casi) conceptual, el más ambicioso de la historia del grupo. 


El disco, que fue muy elogiado por la prensa musical del momento, no tuvo el desenvolvimiento esperado en las bateas, y García acusó el golpe. Esta situación, más algunas desavenencias con Nito por el futuro de la banda, y el complejo momento social que vivía el país que los había llevado a ser censurados, precipitaron la decisión de Charly de ponerle punto final al grupo. Pero antes pasarían un par de cosas. Por un lado, cuando promediaba el año 1975 vio la luz el primer y único EP del grupo, de cuatro canciones, una por disco, Quizás, por qué (Vida), Confesiones de invierno (del disco homónimo), Tango en segunda (Instituciones), y uno inédito, Alto en la torre. 


Por el otro, y teniendo en cuenta la popularidad de Sui, era claro que no se iban a apagar en silencio y decidieron dar dos shows despedida en el Luna Park el 5 de septiembre de 1975, con una convocatoria total de 30.000 personas. Esos recitales serían grabados, y editados posteriormente en ese mismo 1975 como Adiós Sui Generis, Vol. I & II. Y luego en 1976 sería presentado en formato film. En dicha grabación se puede apreciar el camino estilístico que estaba emprendiendo Charly, y hay varias semillas que permiten vislumbrar lo que posteriormente terminará cosechando. Además de buenas versiones, más frescas, de hits como Instituciones, Natalio Ruiz, Aprendizaje, Confesiones de invierno, Canción para mi muerte, Un hada, un cisne (en una versión larguísima, claramente un signo de los tiempos de cambio), Pequeñas delicias de la vida conyugal, Tango en segunda y Rasguña las piedras, este registro deja varias perlitas, como por ejemplo un track instrumental llamado La fuga del paralítico, en donde hay varios elementos que se reutilizarían en Serú Girán, un tema cantado por Rinaldo Rafanelli (La niña juega en el gran jardín), una zapada que comienza con el inédito Fabricante de mentiras, que es cortada en la mitad para interactuar con el público, y termina con otra inédita, Botas locas, y El blues del levante, que se convertiría en un favorito del público. 


Hay un tercer volumen de este show, que fue publicado en 1996, a partir de unas cintas que se encontraban extraviadas desde 1975. Son seis canciones, entre las que se encuentras Cuando ya me empiece a quedar solo, ¿Para quién canto yo entonces?, una versión completa de Fabricante de mentiras (que sería grabada por Los Desconocidos de Siempre, la banda de Nito post Sui, en su debut), Nena (más conocido como Eiti Leda de Serú Girán), Bubulina (sería grabado por La Máquina de Hacer Pájaros) y El Fantasma de Canterville (que posteriormente editaría Leon Gieco, y también formaría parte del disco PorSuiGieco). 


El ciclo de Sui Generis duró tres años de gran creatividad, y se cerró a lo grande. Charly ya estaba listo para mudar de piel, para ofrecernos otra versión de su yo. Pero eso es otra historia. La seguimos la próxima.

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