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El mundo en paralelo

7:31 p.m. Unknown 0 Comentarios Categoría :


¿Qué pasaría si encontraras la puerta a un número infinito de tierras paralelas donde es el mismo año y vos la misma persona pero todo lo demás es diferente?

En el año 1995 vio la luz la serie televisiva “Sliders”. Contó con cinco temporadas, las primeras tres emitidas por Fox network y para las últimas dos tomó la posta Sci Fi Channel. En nuestro país el nombre de la serie en cuestión fue traducido como “Viajeros” y el encargado de su emisión fue canal trece. Claro está que no tuvo un nivel de audiencia masivo como podrían ser otras series de la época, sin embargo, el tópico abordado es bastante popular en la ciencia ficción y, en mi opinión, muy interesante.

Narra la historia de un joven estudiante de física, Quinn Mallory, interpretado por Jerry O’Connell, que pasa horas encerrado en su sótano trabajando en un proyecto para crear un dispositivo anti-gravitacional. Sin embargo, lo que terminó creando fue un dispositivo que permite abrir una puerta a dimensiones paralelas. Algo de vital importancia es que recibe ayuda de otro Quinn Mallory (su yo de una tierra alterna) para crear un temporizador que permite la vuelta a su tierra original tras un período de tiempo. En este punto voy a pedir que no se olviden de esta idea.


El joven Quinn con, digamos la posta, la inmensurable emoción y curiosidad que tendríamos todos si creamos algo así de groso, decide hacer partícipes del descubrimiento a uno de sus más ilustres docentes, profesor Maximilian Arturo (John Rhys Davies, quien supo interpretar a Gimli en The Lord of the Rings) y a una amiga y compañera de trabajo con la cual constantemente hay una cierta tensión sexual, Wade Wells (Sabrina Lloyd). Ambos terminan accediendo, con más o menos entusiasmo, a sumarse a un segundo viaje. Quinn “aumenta” la potencia del dispositivo de forma que el vórtice pueda soportar el pasaje de tres personas pero se excede y un cuarto integrante es arrastrado a la aventura. Rembrandt Brown (Cleavant Derricks), un cantante que había tenido fama y tras algunos años de baja actividad se encontraba a punto de volver a la escena. Digo a punto de volver porque cuando estaba yendo a cantar el himno nacional de EEUU a un partido de béisbol en San Francisco fue accidentalmente tragado por el vórtice con su Cadillac incluido.

Además de la inexperiencia en la materia y en particular en el caso del último integrante la completa falta de entendimiento respecto a la situación, el grupo tuvo la pésima suerte de caer en una tierra donde todo se encontraba tapado por el hielo y un tornado se dirige directo hacia ellos. El vórtice es abierto antes de que el temporizador llegue a cero para salvar sus vidas pero dejando como corolario la pérdida de las coordenadas de su tierra original. A partir de este momento, los “deslizadores”, se embarcan en una serie de viajes interdimensionales con el objetivo de volver a su tierra nativa y con la pequeña complicación de que el tiempo en cada dimensión a la que viajan es variable y en caso de perder el vórtice cuando el contador llegue a cero deberán quedarse en esa tierra 29 años.

Hábilmente los escritores de la serie, sobre todo en las primeras tres temporadas, crean una serie de tierras alternas modificando hechos históricos, tanto políticos, sociales, armamentistas, biológicos, que hacen que cada capítulo los protagonistas se enfrenten a nuevas aventuras. Más adelante también se incorporan otras civilizaciones humanoides, provenientes de tierras paralelas. Lamentablemente, cuando se dio el pase a Sci Fi se perdió algo más que solo el presupuesto.

Hasta este punto solo me referí vagamente a la forma en que se realizan estos viajes interdimensionales, haciendo uso de palabras como vórtice o puerta. Algo interesante es que los autores se tomaron el trabajo de dar un pequeño background científico. Cuando Quinn habla con el Profesor le dice que ha cruzado el puente de Einstein-Rosen. Otra pregunta pertinente que podríamos hacernos es a qué nos referimos cuando decimos puente. Claramente no es el Golden Gate o el Zárate brazo largo. Decir puente de Einstein-Rosen es otra forma de referirse a un agujero de gusano. Para ser completamente honesto es una tema que encuentro fascinante pero que a la vez excede mis conocimientos de física y matemática por lo cual hablaré de ello en forma cualitativa.


Para sólo dejar sembrada la idea y no andar aburriendo con cuestiones teóricas podemos hacer una diferenciación a grandes rasgos. Hay dos tipos de agujeros de gusano propuestos, los del intrauniverso y los del interuniverso. Los primeros son aquellos que permitirían realizar un viaje entre dos posiciones del mismo universo pero en tiempos diferentes. El segundo caso, al cual haremos algo más de referencia, son aquellos que propone “Sliders” que permitirían viajes entre universos paralelos, también recibe el nombre de agujero de gusano de Schwarzschild. Lamentablemente años después de que Einstein y Rosen encontraran la solución (teórica) que permitiría probar la existencia y modelar estos túneles interdimensionales vinieron Wheeler y Fuller con la demostración de que este tipo de agujeros serían sumamente inestables y se desintegrarían inmediatamente después de haberse formado.


Más allá de lo que diga la ciencia, el hecho de que al menos existan las hipótesis, alcanza para que la ciencia ficción se permita volar con la imaginación y crear un número incontable de posibilidades y aventuras.

Por último me gustaría recomendarles la serie en caso de que no la hayan visto, sin dejar de aclarar que la mayoría de los actores son de nivel regular. No dejen de darle una oportunidad a esta premisa de imaginar y crear. Además, quedan todos invitados a compartir sus propias experiencias y conocimiento dentro de la ciencia ficción que aborden esta temática.


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