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La filmografía de mi vida Vol. II: The Goonies

10:47 p.m. Unknown 0 Comentarios Categoría :


Hacia el año 1985 vio la luz la película dirigida por Richard Donner, basada en una historia de Steven Spielberg. Los Goonies cuenta las aventuras de un grupo de amigos, entre los 13 y los 17 años, que están a punto de ser separados debido a que sus familias se ven obligadas a vender sus casas para saldar deudas. Los compradores del barrio, son los miembros adinerados del pueblo, y pretenden construir un country club. Una tarde de lluvia, toda la banda se encuentra en la casa de Mikey (Sean Astin) y, su hermano mayor, Brand (Josh Brolin), en el barrio Goon Docks, en Astoria, Oregon.
Entre los miembros de Los Goonies están Bocón (Corey Feldman), Data (Jonathan Ke Quan) quien intenta ser una especie de James Bond, creando sus propios equipos, y Chunk (Jeff Cohen). Esa tarde Mikey les revela a sus amigos una historia que le contó su papá. Un pirata llamado El tuerto Willy, había robado un tesoro a la armada británica, y había sido atrapado en las costas de Estados Unidos, más precisamente en unas cuevas. En ese momento, deciden ir al ático de la casa, donde casualmente, encuentran un doblón de 1632 y un mapa que señala la ubicación del tesoro de Willy. A su vez, encuentran información sobre Chester Copperport, un reconocido cazador de tesoros que había desaparecido en la búsqueda algunos años atrás.


Igual que a cualquier adolescente razonable, a los chicos se les ocurrió seguir el mapa e ir en busca del tesoro escondido en alguna parte cercana a su pueblo. Claro que para complicar un poco las cosas, no son los únicos en la carrera por el tesoro. Una familia de delincuentes, los Fratelli, terminan embarcándose en la misma búsqueda. Ya a esta altura somos parte de la trama y queremos saber si los Goonies van a obtener el tesoro y salvar sus casas o, si van a ganar los malos. Así nos vemos inmersos en la aventura, con el grupo de amigos tratando de evitar tanto a la familia de ladrones como las trampas que Willy se ocupó de dejar para proteger el tesoro. Un personaje clave para la resolución del conflicto es uno de los hermanos Fratelli, quien en el doblaje al español fue bautizado como “Enano”. Tal vez los recuerden por su pasión por el chocolate.


Durante toda la película hay una mezcla entre el misterio que tiñe la historia del pirata y su tesoro, y la adrenalina que genera la aventura y la persecución. El resultado son dos horas de puro entretenimiento. Obvio que todo chico que viera esta película no podría querer otra cosa que ser parte del grupo e ir en busca del tesoro.

Un dato de color interesante en torno a la película es que el barco pirata era una construcción real. De hecho Donner decidió que ninguno de los chicos lo vería antes de filmar la escena, para lograr captar una reacción espontánea y verdadera. Sin embargo, la reacción fue demasiado y tuvieron que repetir la escena.


La primera vez que vi Los Goonies fue en canal 13 un domingo por la tarde, debería tener unos ocho años. Me gustó tanto que durante meses, todos los fines de semana miraba la programación de ese día para ver si la repetían. Claro que en esa época, para poder saber la programación del día no bastaba con apretar el botón del control remoto que dice GUIDE, sino que había que recurrir al diario.

Aun ahora la historia sigue siendo fantástica y vale la pena tomarse el rato para mirarlo, aunque ahora ya tenga que hacerlo en TCM. Así es, los amiguitos de Netflix Latinoamérica no la tienen en su plataforma.

Con esto termina el segundo volumen de las películas que forman parte de mi filmografía. Si nunca viste Los Goonies te recomendaría que lo hagas (prontou), va a ser tiempo bien invertido en entretenimiento. Nos estaremos viendo la próxima en Expreso a Neptuno.

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