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No todo es lo que parece

9:24 p.m. Webby 0 Comentarios Categoría :


El ser humano por naturaleza suele ser confiado y crédulo acerca de lo que se le presenta. Pero a veces sucede que algo que creíamos resulta ser realmente, bueno, lo contrario. Seguramente les ha pasado a todos... pero seguramente ninguna como alguna de estas tres historias en las que la realidad fue totalmente diferente a lo que todos pensaban:

Herb Baumeister


Ganador durante 10 años seguidos del premio al nombre más choto de todos los tiempos, Herb Baumeister era un norteamericano común que vivía en Indianapolis junto a su esposa Julie y sus tres hijos. Un dedicado hombre de familia aunque por alguna razón no duraba mucho en sus trabajos hasta que finalmente pudo abrir su propio negocio. Durante los primeros años el negocio iba bastante bien, logrando abrir una nueva sucursal. Las cosas iban por el buen camino para la familia que era bastante conocida y querida en el barrio.



Por esas cosas de la vida el negocio empezó a ir un poco mal y con esto comenzaron algunos roces entre el matrimonio, que fueron subiendo de tono con el paso de las semanas. Las discusiones entre la pareja se hacían cada vez más acaloradas y Julie tomó la decisión de distanciarse un poco de su marido, pasando los fines de semana en casa de su madre. El bueno de Herbie, en cambio, decidió aprovechar su tiempo libro en un hobby que lo tenía entusiasmado desde hacía mucho años...

Pero...

Su hobby no era otra cosa más que ir a bares gay y atraer a algún hombre a su casa para envenenarlo y luego estrangularlo hasta la muerte. Básicamente. Esto fue a comienzos de 1990, cuando la policía empezó a investigar la desaparición de varios hombres gay de la zona. Unos años después (con Herb haciendo de las suyas) un hombre llamó a la policía para denunciar que un nombre, al que llamaban Brian Smart, había asesinado a un amigo suyo luego de encontrarse en un bar. Este mismo hombre vio nuevamente al tal Smart y decidió seguirlo, anotando el número de licencia de su auto... que era nada más ni nada menos que el de Baumeister, quien fue inmediatamente contactado por la policía.

Baumeister impidió que los oficiales entren a su casa a ver qué onda. Pero fue su esposa Julie la que unos días después, con Herb de vacaciones, dejó entrar a los investigadores, suponiendo que no iban a encontrar nada extraño, pero se equivocaba. Allí descubrieron una macabra y horrorosa escena: los restos de once (sí, once) hombres. Se lanzó una alerta por Baumeister para que sea detenido de inmediato. Acorralado y perseguido por la policía, Herb se quitó la vida de un disparo en una plaza en Canadá, donde había escapado rápidamente. En su nota suicida Herb detalló el fracaso de su matrimonio y de su negocio como la razón de su decisión, sin hacer mención ninguna a los asesinatos de los que se acusaba.

La policía continuó la investigación y finalmente descubrieron que el propio Herb no solo había cometido esos crímenes, sino que era el culpable de varios asesinatos más (todos de hombres gay) durante la década del 80.. Una doble vida que había logrado ocultar con éxito de su familia y amigos.


Russell Williams, el cochinote


Los canadienses siempre aparecen en las series y películas como gente sumamente educada y honesta, incapaces de hacer algo malo. Se imaginarán entonces que un Coronel condecorado con muchísimos años de experiencia en el Ejército de ese país tendría esas características y mucho más. Bueno, eso es lo que pensaban todos de Russell Williams.

Russell nació en el Reino Unido en 1963 y de muy pequeño su familia emigró a Canadá. Allí se graduó, a los 23 años, en economía y ciencias políticas en la Universidad de Toronto. Durante sus años como universitario era famoso por hacerle bromas a sus compañeros, entrando a sus cuartos cuando ellos no estaban y escondiéndose para asustarlos horas después. Una habilidad que pondría en uso más adelante en su vida...

En 1987 se enlistó en las Fuerzas Canadienses y desarrolló una carrera impecable durante 23 años. Su actuaciones lo hicieron merecedor de un montón de medallas, ascensos y condecoraciones de todo tipo. Incluso era considerado una verdadera estrella del ejército de Canadá y como uno de los mejores pilotos de todos los tiempos de la Fuerza. Gracias a sus habilidades como aviador, voló, entre otros, con la Reina Isabel de Inglaterra y distintas figuras de la política canadiense. Además de esto, desde 1991 estaba felizmente casado.

Pero...

El 28 de enero de 2010 la joven Jessica Lloyd desapareció. Cuando los familiares de Jessica reportaron su desaparición, la policía identificó cerca de su casa las huellas de unas ruedas que parecían fuera de lo común. La investigación conectó esas huellas con la camioneta de Williams, una Nissan Pathfinder. La policía fue a su casa a interrogarlo y allí fue donde finalmente Russell confesó que él la había secuestrado, torturado y asesinado a la mujer, en un interrogatorio que duró casi 10 horas. También, reveló todas las demás felonías que venía cometiendo hace años, alrededor de 80 en total. Para la sorpresa de todos, bajo la apariencia pulcra e intachable de Williams se escondía un monstruo.

¿Se acuerdan más arriba que dije  que le gustaba entrar en lugares cuando los ocupantes no estaban? Resulta que en sus ratos libres a Russell le encantaba entrar a la casa de mujeres cuando ellas no estaban y sacarse fotos vistiendo su ropa de interior. No, no es joda, aquí la prueba:


Dicen que en su archivo privado había literalmente miles de fotos de este estilo. Principalmente, Williams realizaba esto cuando las ocupantes del hogar no estaban. Entraba, hacía lo suyo y se iba. A veces tal vez dejaba algún mensaje medio cochino agradeciendo por el buen rato que pasó en su hogar. 

Pero se ve que esto ya no lo llenaba del todo, entonces pasó al siguiente nivel: ahora lo haría con las mujeres en su hogar. Lo hizo en dos ocasiones, en las que a ambas víctimas las tuvo maniatadas durante horas y obligándolas a posar para fotos para su colección.

Luego, tuvo la mala suerte(?) de entrar a la casa de una mujer del ejército con la que se reconocieron mutuamente. La única solución viable que vio fue, obviamente, matarla de manera brutal, acto que filmó en su totalidad.  Ya fuera de control y en un raid violento irrefrenable, Williams secuestró, torturó durante días y asesinó a Jessica Lloyd, y finalmente fue detenido por la policía.

Holis.
Russell Williams fue justamente sentenciado a prisión perpetua y su esposa inmediatamente pidió el divorcio. El Ejército Canadiense por su parte lo expulsó como Baja Deshonrosa (lo peor de lo peor) con todas sus condecoraciones removidas, su uniforme quemado y sus medallas cortadas en pedazos. Actualmente pasa el resto de sus días en una prisión de máxima seguridad en Quebec.

La identidad secreta de Billy Tipton


Esta historia es más buena onda que las anteriores porque no hay ningún asesinato ni cosas sangrientas, pero no deja de ser muy curiosa.

Billy Tipton nació el 29 de diciembre de 1914 y fue criado en Kansas por su tía luego de la temprana muerte de su madre. A su padre raramente lo veía, ya que él era un piloto bastante ocupado. Desde muy pequeño, Billy se interesó por la música, especialmente el jazz, y comenzó a tomar clases de piano y saxo y se unió a la banda de la escuela.

Ya en sus años 20 se dedicaba de lleno a la música y para 1936 ya formaba parte de varias bandas con las que giraba por todo Estados Unidos, entre ellos los The Ink Spots. Unos años después formó su propio grupo: The Billy Tipton Trio, agrupación con la que empezó a ganar bastante popularidad en la escena, llegando a grabar varios discos durante la década del 50. La carrera del trio duró unos 20 años, hasta que en 1970 y debido a complicaciones con la artitris Tipton se retiró definitivamente de la música. Vivió de distintos trabajos hasta fallecer en 1989.

Pero...

La autopsia reveló algo increíble que dejó pasmados a todos: Billy Tipton era en realidad... una mujer, un secreto que mantuvo prácticamente toda su vida sin que nadie se entere... ¡ni siquiera sus esposas! ¡Sí! Billy Tipton (realmente llamada Dorothy Lucille Tipton) tuvo tres parejas estables durante toda su vida y con una de ellas incluso llegó a adoptar a tres chicos. Según declaró una de ellas, Betty Cox, él (ella) le había dicho que de joven tuvo un accidente muy grave que culminó con daños severos en las zonas de sus genitales y el pecho, de esa manera ocultando la verdad de la milanesa.

Si bien nunca reveló el por qué de su decisión de hacerse pasar por hombre, sin dudas se debía a un hecho de poder formar parte de la escena musical en esa época, donde tal vez una mujer pianista no sería muy bienvenida. Sea como sea, Billy Tipton logró quedar en la historia no solo por su música sino por su historia tan particular.




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