Algo más que una buena canción...
4:34 p.m. santi varde 0 Comentarios Categoría : Alcande Goldie Wilson , Musica , Series , TV.
Que la lógica del videoclip viene invadiendo a todos los demás formatos audiovisuales desde hace años no es ninguna novedad. Y tal vez el que más se viene aprovechando de esto son las series.
Ya
desde principios del milenio programas cómo Smallville, House o Cold Case hacían
un uso -a veces de bandas más pop, a veces de clásicos- del amplio abanico que
la música popular tiene para ofrecer. Esta costumbre por suerte se atenuó,
aunque está lejos de dejar de existir.
Hoy
que estamos en la edad dorada de las series, seguimos encontrando con joyas de
la musicalización, ya sea el recordado Baby Blue de Badfinger en el
final de Breaking Bad, el hermoso pedacito de Atmosphere de Joy Division nos
regaló Stranger Things o incluso el caso de la francesa Les Revenants, con
toda una banda de sonido compuesta especialmente por Mogwai.
Sin
embargo, no todo es elegir una canción o una banda buena. Hay veces que las
series dan un paso más allá y sacan a la música del segundo plano, casi hasta
convertirla en una pieza clave. En este post hablaremos de las series que
entendieron que la música es capaz de transmitir y contar muchas cosas. Por eso
a continuación les dejamos, en orden cronológico, cinco momentos de series en
los que la música hizo mucho más que solo musicalizar.
The Drew Carey Show
Five O’Clock World -
The Vogues
Este
programa fue una sitcom de bastante éxito en Estados Unidos, que se emitió
entre 1995 y 2004 (acá la pasaron Sony e iSat, así que por ahí algún capítulo
te suena). La serie seguía la historia de Drew, un encargado de Recursos
Humanos en un shopping, su vida de medio loser, sus amigos, sus enemigos, sus
amores y etc. Una premisa muy simple para un show muy gracioso.
La
serie se caracterizó por romper con varios códigos de la televisión de su
época, haciendo disparates cómo “tele transportarse” al estilo Star Trek de una
escena a otra o hacer un capítulo en el que cada vez que sonaba una campana un
presentador se metía en escena y daba consignas para que los actores improvisen
en vivo.
En
esta misma línea, para el comienzo de su segunda temporada en el año 1996, decidieron
hacer algo particular: comenzar el primer episodio con un videoclip. Pero lo
inteligente es que eligieron la canción Five O’Clock World de The Vogues, cuya
letra funcionaba perfectamente cómo resumen de todo lo que se conocía del
personaje después de la primer temporada.
Eso,
acompañado por una graciosa y bien pensada coreografía en la que participaban
todos los miembros del elenco, lograba explicar de forma clara la vida del
protagonista y su relación con los diferentes personajes del programa. No sólo
estaban haciendo un chiste, sino que estaban poniendo al día a todo el mundo,
sin decir una palabra y sin agregar las clásicas risas pre-grabadas de fondo.
Algo impensado para las sitcoms de esa época, que sin embargo funcionó de forma
brillante, al punto de que terminaría convirtiéndose -con una duración más
resumida- en la presentación del programa durante varias temporadas.
Scrubs
Overkill
- Colin Hay
Esta
tragicomedia sigue la historia de un grupo de médicos jóvenes, contado siempre
desde la voz en off de su protagonista. La serie, emitida por Sony a lo largo
de varios años, hacía uso de un humor bastante absurdo, en el que las fantasías
que imaginaba el personaje principal siempre cobraban vida de manera muy
literal.
La
siempre se caracterizó por hacer uso de la música con mucha habilidad a lo
largo de todas sus temporadas. Pero uno de sus puntos más altos los tendría
también en el primer capítulo de la segunda temporada.
Aquí
es necesario cierto contexto. Al final de su primer temporada, el grupo
principal de personajes descubría en la última escena todos los secretos que se
habían guardado: quien engañaba a quién, quién estaba enamorado de quién, quién
se cogió a quién, etc.
Por
eso, la segunda temporada empezaría con todos peleados y con el protagonista
enfrascado en cómo hacer que las cosas vuelvan a la normalidad. Para el
comienzo y el final del episodio usarían la canción Overkill de Men At Work,
interpretada en acústico por el cantante de la banda Colin Hay, que
aparecería en escena como parte de una fantasía.
La
expresión overkill en inglés hace referencia a cuando uno se preocupa de más
por cosas que probablemente no sean un gran problema. Lo inteligente reside en
que la canción entra casi cómo un chiste, pero con el protagonismo suficiente
para ayudar a potenciar la reflexión final del personaje: a veces lo mejor es
no hacerse tanto problema, porque algunas cosas necesitan tiempo para
acomodarse por sí mismas.
Flight of the Conchords
If You’re Into - Flight
of The Conchords
En
el año 2007 el dúo neozelandés de música y humor Flight of The Conchords firmó
un contrato con HBO para realizar una comedia que duró dos brillantes
temporadas. En ella, los miembros de la banda hacían de sí mismos: un dúo de
músicos intentando hacerse un lugar en la escena under de Nueva York. Apoyados
de grandes personajes secundarios, cómo un representante inútil o una única fan
que resulta ser una obsesiva, Flight of the Conchords fue un programa
inevitablemente atravesado por la música.
Uno
de sus momentos más brillantes se daría al comienzo de su primer temporada. En
él Britt, uno de los miembros de la banda, conoce a una chica e inician una
relación. Inspirado por ella, decide escribirle una canción diciendo que haría
cualquier cosa por ella, cómo por ejemplo “escalar la montaña más alta”. Pero
al compartirlo con su compañero, este lo convence de que debería hacer una
canción más realista, diciendo las cosas que realmente haría por ella.
El
resultado final es If You’re Into, que se podría traducir cómo “si te gusta”.
Una canción graciosa y sincera de las cosas que un hombre estaría dispuesto a
hacer por una mujer que recién está conociendo, cómo pasar un poco de tiempo
con ella, desnudarse para ella o incluso tener sexo en la cocina de su casa. Lo
que crean en ese episodio Flight of the Conchords es un chiste brillantemente orquestado,
desde el inicio del capítulo hasta el remate con la aparición de la canción en
medio del capítulo.
Aquí
recomiendo que antes de escuchar la canción busquen la letra para entenderla
bien. Realmente vale la pena.
Mad Men
Tomorrow Never Knows -
The Beatles
Mad
Men tal vez sea uno de los fenómenos de la televisión reciente más difíciles de
explicar. Su propio creador Matthew Weiner la definió en alguna ocasión cómo
“un error en el sistema”, ya que nada tuvo que ver con ninguna de las series
actuales e incluso los shows que intentaron copiar su fórmula - cómo The
Playboy Club o Pan Am- fracasaron.
Lo
cierto es que Mad Men logró un éxito durante siete temporadas sin echar mano de
ninguno de los recursos de las series de la actualidad. Nada de grandes
misterios, cliffhangers o ritmos frenéticos. Mad Men era un retrato de época
hecho y derecho, que lograba que su trama avance a ritmo lento y basado en
recursos clásicos, pero tan bien utilizados que resultaban infalibles.
Una
de las características de ésta serie fue lo mucho que exigía al espectador a la
hora de rellenar espacios en blanco. Una regla no escrita de los guiones de
Cine y TV dice que para que se comprenda la interioridad de un personaje, este
debe decir todo lo que piensa. Mad Men ignoró olímpicamente esto y obligó a sus
seguidores a entender la psicología de sus personajes mediante acciones, decisiones
o incluso pequeños gestos, sin explicitar nunca nada.
La
utilización de la música también sirvió de herramienta clave. En un capítulo de
la quinta temporada fue utilizada de forma magistral. Cuando el personaje
principal, el genio de la publicidad Don Draper, está intentado entender a las
nuevas generaciones - la de mediados de los 60s- pide ayuda a su joven esposa.
A modo de respuesta ella le entrega una copia de Revolver de The Beatles
y le dice que si quiere entender a los jóvenes tiene que escuchar la última
canción del lado B.
Las
escenas que se ven mientras suena Tomorrow Never Knows es el típico montaje de
conclusión de episodio. Sin embargo, el hecho de que sobre el final Don saque
el vinilo antes de que termine la canción explica algo sobre lo que girará el
personaje casi hasta el final de la serie. Su incapacidad para entender y
mantenerse al ritmo de los tiempo que corren.
Vinyl
Midley
- Lester Grimes
El
show producido por Martin Scorsesse y Mick Jagger emitió este año su única
temporada. A medio camino entre la fórmula retro de Mad Men y el frenesí de
excesos típico de películas de Scorsesse cómo The Wolf of Wallstreet, la serie
que seguía las internas de una discográfica en la decada del ‘70 dejó gusto a
poco, no porque fuese mala sino porque prometía más de lo que termino siendo.
Obviamente,
al estar centrada en un sello discográfico, parecía candidata a regalar grandes
momentos musicales. Sin embargo tuvo varios problemas. Por un lado
incoherencias, cómo crear un alter ego de Sly Stone que era ideológicamente lo opuesto al músico
real; hacer que Alice Cooper suelte un discurso sobre la fidelidad a su banda,
cuando en la realidad dos años después se separarían; o incluso elegir un actor
un poco excedido de peso para encarnar a Bowie en plena era Ziggy. A esto se
sumó la búsqueda muy forzada de grandilocuencia, cómo la escena del primer
capítulo en la que un edificio se derrumba mientras los New York Dolls
tocan Personality Crisis.
A
pesar del cúmulo de desaciertos, la serie dejaría para la posteridad un gran
momento musical, en una de sus escenas menos ambiciosas. En ella, la nueva
banda del sello -los protopunk Nasty Beats- están intentando componer una nueva
canción para su disco, ya que la discográfica considera que “falta un hit”. En
un momento de bloqueo, su representante y ex-blusero Lester Grimes se cuelga
una guitarra al hombro y les explica que la clave de muchas grandes canciones está
en tres acordes: Mi, La, Si.
La
situación no solo reuslta curiosa y divertida al mostrar al actor cantar varias
canciones sobre esos tres acordes- cómo What I’d Say de Ray Charles, The
Twist de Chubby Cheker o Travellin Band de Creedence- sino que
además ayuda a que la trama avance, al introducir Girl Like You, canción
creada especialmente para el show y que se convertiría en el “hit” que la banda
necesitaba.
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