Había caído la noche y tras terminar la película salimos todos juntos. Cruzamos la calle que nos dirigía hacia la plaza. Entre charlas y risas íbamos hacia un lado y hacia el otro. Había hablado previamente con Greta de que me gustaba Luli y esta salida funcionaba como excusa perfecta.ç

Me encontraba un poco nervioso, la noche fresca y agradable evitaba que me suden las manos. Tenía esa sensación en el estómago que se percibe cuando estamos por hacer algo que deseamos pero que a la vez genera incertidumbre. Greta se me acerca y nos apartamos un poco del grupo. Ahora vamos para allá que están Luli y Cami así te quedas con ella, me dice con una sonrisa pícara. Dale, dejo escapar sufriendo la ansiedad previa. No es la primera vez que beso a alguien, pienso mientras comenzamos a recorrer el trayecto. Sin embargo, mi cabeza inevitablemente comienza con cuestionamientos, qué le voy a decir, qué voy a hacer, cómo la voy a besar. Distraído en mis pensamientos no me percate que ya nos encontramos donde estaban las dos chicas. Para disimular un poco le sonrío a Luli y comienzo a caminar hacia el costado, dando el pie para que nos quedemos solos. Todos estábamos al tanto de la situación y, sin embargo, nos manejábamos en esa especie de código que suelen utilizar los chicos. Más allá de que actualmente me gustaba, siempre había tenido cierta facilidad para hablar con ella. Sin caer en explicaciones podríamos decir que nos entendíamos bien pero bueno, dada la situación me costaba un poco más. Después de dar unos pasos rompemos el silencio al unísono, cruzamos miradas. Ella sonríe y dirige su mirada hacia el suelo, mientras pone el pelo detrás de la oreja. Al ver el gesto comprendo que estoy en problemas, definitivamente me gusta. Entonces me detengo y doy un giro, ella responde, quedando enfrentados. Tenía parada delante a la chica más linda con la que me hubiera imaginado estar, con su pelo rubio, sus ojos verdes y esa sonrisa encantadora en la cual no se alcanzan a despegar sus labios. Abro la boca como para empezar a hablar pero tardo unos segundos en emitir sonido. No tenía nada demasiado bueno para decir más que algunas pavadas, parte del protocolo que se maneja en estas situaciones. Sería mucho más fácil besarnos y después charlar, pero se perdería esa excitante tensión previa que está en el aire. Me miraba. Callate, dejó escapar con una sonrisa que dejaba todo en claro. Me callo, la interrogué inclinándome ligeramente hacia ella. Asiente, al mismo tiempo que su mirada se dirige a mi boca para volver a mis ojos en un segundo. Avanzo, paso mi mano por su cintura y la beso a la vez que nos acercamos. Luego de un momento nos interrumpe una de las chicas de aquel grupo que habíamos olvidado. Está ahí tu papá Lu, dice con una risita nerviosa. Reímos algo tensos, ella me toma el antebrazo, me besa media boca y se va rápido. A mitad de camino vuelve la cabeza y me sonríe. Devuelvo el gesto, mientras intento terminar de comprender la situación. Comienzo a caminar hacia donde estaban mis amigos, me siento liviano, relajado. Tengo esa sensación en el cuerpo de algo agradable que quedó inconcluso. Pero ya va a haber tiempo, y además qué mejor que disfrutar de este primer momento, donde todo puede pasar, donde se es vulnerable, donde te podes permitir sentir.